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De la música de acordeón al 'vallenato' de hoy. Gustavo Gutiérrez Cabello, un hito en la historia vallenata.

Fuente: Mónica Mercedes Castillo R. | Fecha: 2004-09-17 | Visitas: 6854

Los años sesenta acompañaron la poética de un muchacho desgarbado y con pena en el alma mitigada con canciones al desamor y la añoranza. Gustavo Gutiérrez componía para su dama en la forma lírica que su mente le imprimía, con la métrica propia de su formación académica y la musicalidad que sólo su corazón aceptaba. "El Flaco de Oro" como musicalmente es reconocido en el Valle (1), rompía la historia de la composición vallenata creando el genero lírico o romántico (2)

Vallenato porque conservaba su melodía con fuerte protagonismo del acordeón, la caja y la guacharaca, pero con la diferencia de una temática universal, enfocada primordialmente en el sentimiento amoroso con destellos de elementos rupestres y tradicionales. Composiciones con las que se identificaría un publico nacional que encontró en las nuevas canciones una similitud con sus problemáticas sentimentales. Versos que traspasarían las fronteras del Valle de Upar. La composición de Gutiérrez fue el hito en el vallenato, la puerta a su evolución, pero jamás su decadencia.

Entender la historia y desarrollo de la música de acordeón implicaría la comprensión de la realidad por la que hoy atraviesa y que la ha llevado a perderse en otros géneros musicales.

Orígenes del Vallenato

Contrario a la creencia de que el vallenato es producto de la llegada del acordeón a nuestras tierras, este es el resultado de la fusión de tres razas que históricamente mestizaron y por sincretismo cultural parieron un hijo en América.

"Lo más probable es que el canto vallenato haya nacido caminando y, por lo tanto que se haya criado y formado en distintos lugares. Siendo música de vaqueros y trovadores, acompañaban a quienes la creaban y difundían. Por esta misma dispersión resultaba inevitable que desarrollara diversas modalidades en regiones distintas". (3)

Investigadores folclóricos como Consuelo Araujonoguera y Tomas Dario Gutiérrez han trabajado teorías según las cuales la música vallenata tiene una división geográfica - cultural: vallenato - vallenato, vallenato bajero y vallenato sabanero. Por su parte Gutiérrez argumenta una clasificación en escuelas, acorde con parámetros geográficos étnicos y musicales: zona central, zona negroide, zona ribana y zona ribereña.

Independientemente, lo cierto es que la verdadera riqueza de la música de acordeón radica en la variedad de los ritmos - puya, merengue, son y paseo - sentimiento y dejos, pero sobre todo es el testimonio de experiencias e indicadora de un modo de vida: "Textos culturales del grupo en que han sido producidas, escuchadas y mantenidas a través de los años. (4)

Antes de Francisco, el hombre

El primer "trotamundo" reconocido por la tradición vallenata ha sido indudablemente Francisco Moscote, identificado como "Francisco el hombre", el mismo que derrotó al demonio en uno de esos caminos polvorientos y el mito hoy reconocido. Pero antes de él, alguien se registro en la historia como el primer acordeonero, fue José León Carrillo Mindiola, nacido en Atanquez (Cesar) hacia 1835. Quien con una notable vocación religiosa fue enviado por misioneros españoles a un seminario de la Madre Patria, por la misma época en que comenzaba a circular por Europa un joven arrugado de aireada interpretación. Seducido por los acordes colgó su sotana y regreso a su tierra cargado con el instrumento que lo llevo a forjar alumnos como Abrahan Maestre, contemporáneo de "Francisco el hombre" y por su puesto adversario en alguna ocasión.

Los patriarcas

Desde patriarcas en la interpretación del acordeón como Carrillo, Moscote, Guerra, Rivera, Peñaranda, Serna, entre otros, a generaciones como la "Chico" Sarmiento, "Chico" Bolaños, Emiliano Zuleta y Lorenzo Morales, y posteriores como la de Alejandro Durán, Luis Enrique Martínez, Andrés Landeros y muchos más; La música de acordeón como anteriormente era reconocida y que sólo llegó a nombrársele vallenata con la creación del Festival de la Leyenda Vallenata (1968), manejó entre diversos temas a la geografía, sus elementos y por supuesto la región, los acontecimientos de la comarca y las experiencias personales de sus habitantes. Otras veces aludían a amigos y compadres del compositor, a los medios de producción de su entorno, inclusive a los vehículos de transporte o si no que lo diga Alejandro Durán con su "039".

Es precisamente en el ingenio de estas piezas que sobresalen compositores como Rafael Escalona, por ser la veta auténtica de la música vallenata, con cantos que se contonean por la diversidad temática. Emiliano Zuleta, por su ingenio y repentismo, Leandro Díaz, quien con su inteligencia describe de manera asombrosa paisajes, seres, acontecimientos y mínimos detalles que su visión no le permite. Además de Tobias Enrique Pumarejo, quien con Leandro, dieron pinceladas de lirismo a la música vallenata, pero sin la osadía de Gutiérrez.

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De la música de acordeón al 'vallenato' de hoy. Gustavo Gutiérrez Cabello, un hito en la historia vallenata.

Fuente: Mónica Mercedes Castillo R. | Fecha: 2004-09-17 | Visitas: 6854

De la música de acordeón al 'vallenato' de hoy. Gustavo Gutiérrez Cabello, un hito en la historia vallenata.

Los años sesenta acompañaron la poética de un muchacho desgarbado y con pena en el alma mitigada con canciones al desamor y la añoranza. Gustavo Gutiérrez componía para su dama en la forma lírica que su mente le imprimía, con la métrica propia de su formación académica y la musicalidad que sólo su corazón aceptaba. "El Flaco de Oro" como musicalmente es reconocido en el Valle (1), rompía la historia de la composición vallenata creando el genero lírico o romántico (2)

Vallenato porque conservaba su melodía con fuerte protagonismo del acordeón, la caja y la guacharaca, pero con la diferencia de una temática universal, enfocada primordialmente en el sentimiento amoroso con destellos de elementos rupestres y tradicionales. Composiciones con las que se identificaría un publico nacional que encontró en las nuevas canciones una similitud con sus problemáticas sentimentales. Versos que traspasarían las fronteras del Valle de Upar. La composición de Gutiérrez fue el hito en el vallenato, la puerta a su evolución, pero jamás su decadencia.

Entender la historia y desarrollo de la música de acordeón implicaría la comprensión de la realidad por la que hoy atraviesa y que la ha llevado a perderse en otros géneros musicales.

Orígenes del Vallenato

Contrario a la creencia de que el vallenato es producto de la llegada del acordeón a nuestras tierras, este es el resultado de la fusión de tres razas que históricamente mestizaron y por sincretismo cultural parieron un hijo en América.

"Lo más probable es que el canto vallenato haya nacido caminando y, por lo tanto que se haya criado y formado en distintos lugares. Siendo música de vaqueros y trovadores, acompañaban a quienes la creaban y difundían. Por esta misma dispersión resultaba inevitable que desarrollara diversas modalidades en regiones distintas". (3)

Investigadores folclóricos como Consuelo Araujonoguera y Tomas Dario Gutiérrez han trabajado teorías según las cuales la música vallenata tiene una división geográfica - cultural: vallenato - vallenato, vallenato bajero y vallenato sabanero. Por su parte Gutiérrez argumenta una clasificación en escuelas, acorde con parámetros geográficos étnicos y musicales: zona central, zona negroide, zona ribana y zona ribereña.

Independientemente, lo cierto es que la verdadera riqueza de la música de acordeón radica en la variedad de los ritmos - puya, merengue, son y paseo - sentimiento y dejos, pero sobre todo es el testimonio de experiencias e indicadora de un modo de vida: "Textos culturales del grupo en que han sido producidas, escuchadas y mantenidas a través de los años. (4)

Antes de Francisco, el hombre

El primer "trotamundo" reconocido por la tradición vallenata ha sido indudablemente Francisco Moscote, identificado como "Francisco el hombre", el mismo que derrotó al demonio en uno de esos caminos polvorientos y el mito hoy reconocido. Pero antes de él, alguien se registro en la historia como el primer acordeonero, fue José León Carrillo Mindiola, nacido en Atanquez (Cesar) hacia 1835. Quien con una notable vocación religiosa fue enviado por misioneros españoles a un seminario de la Madre Patria, por la misma época en que comenzaba a circular por Europa un joven arrugado de aireada interpretación. Seducido por los acordes colgó su sotana y regreso a su tierra cargado con el instrumento que lo llevo a forjar alumnos como Abrahan Maestre, contemporáneo de "Francisco el hombre" y por su puesto adversario en alguna ocasión.

Los patriarcas

Desde patriarcas en la interpretación del acordeón como Carrillo, Moscote, Guerra, Rivera, Peñaranda, Serna, entre otros, a generaciones como la "Chico" Sarmiento, "Chico" Bolaños, Emiliano Zuleta y Lorenzo Morales, y posteriores como la de Alejandro Durán, Luis Enrique Martínez, Andrés Landeros y muchos más; La música de acordeón como anteriormente era reconocida y que sólo llegó a nombrársele vallenata con la creación del Festival de la Leyenda Vallenata (1968), manejó entre diversos temas a la geografía, sus elementos y por supuesto la región, los acontecimientos de la comarca y las experiencias personales de sus habitantes. Otras veces aludían a amigos y compadres del compositor, a los medios de producción de su entorno, inclusive a los vehículos de transporte o si no que lo diga Alejandro Durán con su "039".

Es precisamente en el ingenio de estas piezas que sobresalen compositores como Rafael Escalona, por ser la veta auténtica de la música vallenata, con cantos que se contonean por la diversidad temática. Emiliano Zuleta, por su ingenio y repentismo, Leandro Díaz, quien con su inteligencia describe de manera asombrosa paisajes, seres, acontecimientos y mínimos detalles que su visión no le permite. Además de Tobias Enrique Pumarejo, quien con Leandro, dieron pinceladas de lirismo a la música vallenata, pero sin la osadía de Gutiérrez.

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De la música de acordeón al 'vallenato' de hoy. Gustavo Gutiérrez Cabello, un hito en la historia vallenata.

Fuente: Mónica Mercedes Castillo R. | Fecha: 2004-09-17 | Visitas: 6854

De la música de acordeón al 'vallenato' de hoy. Gustavo Gutiérrez Cabello, un hito en la historia vallenata.

Los años sesenta acompañaron la poética de un muchacho desgarbado y con pena en el alma mitigada con canciones al desamor y la añoranza. Gustavo Gutiérrez componía para su dama en la forma lírica que su mente le imprimía, con la métrica propia de su formación académica y la musicalidad que sólo su corazón aceptaba. "El Flaco de Oro" como musicalmente es reconocido en el Valle (1), rompía la historia de la composición vallenata creando el genero lírico o romántico (2)

Vallenato porque conservaba su melodía con fuerte protagonismo del acordeón, la caja y la guacharaca, pero con la diferencia de una temática universal, enfocada primordialmente en el sentimiento amoroso con destellos de elementos rupestres y tradicionales. Composiciones con las que se identificaría un publico nacional que encontró en las nuevas canciones una similitud con sus problemáticas sentimentales. Versos que traspasarían las fronteras del Valle de Upar. La composición de Gutiérrez fue el hito en el vallenato, la puerta a su evolución, pero jamás su decadencia.

Entender la historia y desarrollo de la música de acordeón implicaría la comprensión de la realidad por la que hoy atraviesa y que la ha llevado a perderse en otros géneros musicales.

Orígenes del Vallenato

Contrario a la creencia de que el vallenato es producto de la llegada del acordeón a nuestras tierras, este es el resultado de la fusión de tres razas que históricamente mestizaron y por sincretismo cultural parieron un hijo en América.

"Lo más probable es que el canto vallenato haya nacido caminando y, por lo tanto que se haya criado y formado en distintos lugares. Siendo música de vaqueros y trovadores, acompañaban a quienes la creaban y difundían. Por esta misma dispersión resultaba inevitable que desarrollara diversas modalidades en regiones distintas". (3)

Investigadores folclóricos como Consuelo Araujonoguera y Tomas Dario Gutiérrez han trabajado teorías según las cuales la música vallenata tiene una división geográfica - cultural: vallenato - vallenato, vallenato bajero y vallenato sabanero. Por su parte Gutiérrez argumenta una clasificación en escuelas, acorde con parámetros geográficos étnicos y musicales: zona central, zona negroide, zona ribana y zona ribereña.

Independientemente, lo cierto es que la verdadera riqueza de la música de acordeón radica en la variedad de los ritmos - puya, merengue, son y paseo - sentimiento y dejos, pero sobre todo es el testimonio de experiencias e indicadora de un modo de vida: "Textos culturales del grupo en que han sido producidas, escuchadas y mantenidas a través de los años. (4)

Antes de Francisco, el hombre

El primer "trotamundo" reconocido por la tradición vallenata ha sido indudablemente Francisco Moscote, identificado como "Francisco el hombre", el mismo que derrotó al demonio en uno de esos caminos polvorientos y el mito hoy reconocido. Pero antes de él, alguien se registro en la historia como el primer acordeonero, fue José León Carrillo Mindiola, nacido en Atanquez (Cesar) hacia 1835. Quien con una notable vocación religiosa fue enviado por misioneros españoles a un seminario de la Madre Patria, por la misma época en que comenzaba a circular por Europa un joven arrugado de aireada interpretación. Seducido por los acordes colgó su sotana y regreso a su tierra cargado con el instrumento que lo llevo a forjar alumnos como Abrahan Maestre, contemporáneo de "Francisco el hombre" y por su puesto adversario en alguna ocasión.

Los patriarcas

Desde patriarcas en la interpretación del acordeón como Carrillo, Moscote, Guerra, Rivera, Peñaranda, Serna, entre otros, a generaciones como la "Chico" Sarmiento, "Chico" Bolaños, Emiliano Zuleta y Lorenzo Morales, y posteriores como la de Alejandro Durán, Luis Enrique Martínez, Andrés Landeros y muchos más; La música de acordeón como anteriormente era reconocida y que sólo llegó a nombrársele vallenata con la creación del Festival de la Leyenda Vallenata (1968), manejó entre diversos temas a la geografía, sus elementos y por supuesto la región, los acontecimientos de la comarca y las experiencias personales de sus habitantes. Otras veces aludían a amigos y compadres del compositor, a los medios de producción de su entorno, inclusive a los vehículos de transporte o si no que lo diga Alejandro Durán con su "039".

Es precisamente en el ingenio de estas piezas que sobresalen compositores como Rafael Escalona, por ser la veta auténtica de la música vallenata, con cantos que se contonean por la diversidad temática. Emiliano Zuleta, por su ingenio y repentismo, Leandro Díaz, quien con su inteligencia describe de manera asombrosa paisajes, seres, acontecimientos y mínimos detalles que su visión no le permite. Además de Tobias Enrique Pumarejo, quien con Leandro, dieron pinceladas de lirismo a la música vallenata, pero sin la osadía de Gutiérrez.

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