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VolverGustavo Gutiérrez, Verso a Verso
Fuente: ElPaisVallenato.com | Fecha: 2013-04-05 | Visitas: 5993
Fuente: ElPaisVallenato
Con el homenaje a Gustavo Gutiérrez Cabello en Valledupar en la versión 46 del Festival Vallenato, regresan los recuerdos de un hombre que ha venido cantándole a los recuerdos. Es la nostalgia de su tierra, de su tiempo, de los amigos, del rio, del potrero, del Viejo Valle, de sus mujeres provincianas, de su pueblo oscuro, o del su Valle querido.
Allí está la brisa, el rocío de la mañana, la gente sencilla y cariñosa, los caminitos de su tierra, Patillal el pueblo de sus mayores. La novia eterna, sus desengaños. Los niños, el algodón, las cosechas, el caballo. Las parrandas y sus eternos participantes, la poesía viva de un constructor de poemas.
Con Gustavo uno aprende que lo que él dijo, o cantó, y pensar que todos hubiéramos querido hacerlo, tal vez de la misma manera, pero nuestro talento se quedó en las raíces, mientras que sus versos volaron con la brisa, se elevaron.
Nadie ha querido tanto a su tierra como Gustavo, en recompensa a nadie han querido tanto sus paisanos, como a él. Sencillez total, un gato triste que pasea por los tejados del alma vallenata. Gustavo en su eterna queja juvenil, sigue siendo niño, sus huesos son parientes de los nuestros, por eso reímos y lloramos juntos, por una tierra y una gente irrepetible, por todo el siglo pasado, que fue su siglo y por estos días del siglo nuevo que no tiene dueño. Para alguien que ha hecho versos, solo puede recordárseles con sus propios versos.
Aquí van juntos Escalona, Freddy Molina y Tobías Enrique, para solo mencionar tres gallos de su raza. De su raza poética.
Es algo que sucedió, allá por Valledupar, se escucha un lamento triste, la noche es larga, pa, sollozar.. es ahí donde el orgullo nativo entona sereno: Gustavo Gutiérrez canta, en Valledupar, donde sale el sol, nadie compara ese encanto, sino tu mirar, divino mi amor…
Una pequeña muestra de su nostalgia por la tierra de sus amores. El cantor se marcha, se despide…Por un camino silencioso, me alejaré cantando triste, de la ciudad casi dormida, que larga pena ella resiste, ninguno de tus hijos quiere, hacer algo por su agonía, pacientemente van mirando los problemas de cada día…
El amor por su tierra, es su total decisión, sus mujeres están ahí, pero es apenas ilusión pasajera, esperanza que llega, anhelos posibles… El bello cielo de mi Valle tan querido, es fiel testigo del amor que yo he tenido, dime que haré para poderme conquistar, a una morena que no me quiere aceptar……..
Ya notan un corazón indicando sus primeros pasos, está decidido que la amada debe ser nativa de estas tierras, por eso asevera: Pa´ los amores no hay como la provinciana, son cariñosas de noche y por la mañana, y si uno llega borracho al atardecer, de tanto hacerlo al fin lo llega a comprender…..
Pero aparece el dolor, dolor de amor o desamor, en un inmenso jardín de flores, la selección de una sola es casi la muerte, todas tienen aromas y colores distintos, pero vienen de raíces iguales que son de la tierra, del mismo río, regadas por las mismos aguaceros… el poeta entonces medianamente solitario exclama: Pa´ que separarnos, cuando nos queremos, si un mal entendido no puede hacernos sufrir ya más, soy como gaviota, que se va volando, por el ancho cielo, sin rumbo fijo donde llegar…
Parece que tantas descargas de amor en plena juventud, lo fueron acostumbrando a tratar con las penas, a conocerlas de frente, sin convencionismos, que para su caso, son dolores pasajeros que se creen intensos, pero que otro aguacero los borra, como hace la lluvia con las huellas…unos amores vienen , otros se van…
Llegó un amor, otro se fue, siempre en la vida hay equivocación, por eso no voy a llorar, lo arreglo todo con un cantar. Cantando alivio el alma, complazco a mis amigos, nuevo querer ya tengo, el viejo en el olvido….
Un provinciano como Gustavo, nunca anda solo, la amistad forma parte integral de la vida caribe, los amigos son esos hermanos que te siguen los pasos, ayudan a pararte si te caes, te consuelan y muestran un nuevo camino, o el mismo con sus baches mejorados. Todos conocen sus cantos, sus trovas, sus musas, todos han sido testigos de serenatas y de madrugadas en los patios del Valle o en los pueblos cercanos, por eso dice siempre dice.. Todavía yo canto, al compás de un son, yo soy de esos hombre que lloran a veces por un amor, y mis amigos, mis amigos, yo se que me recordarán, porque mi canto es muy sencillo, mi canto es muy sentimental…..
Regresan las parrandas, el corazón se enamora mil veces, el alma anda de vacaciones y los versos riman contra el viento y el sol. Las costumbres se acaban, comienzan a morirse los abuelos, los vecinos se despiden, llega la madurez y la juventud cree seguir ocupando la vida. La niñez seguirá rondando por el patio, juega en el rio, pero el vino y las guitarras son cosas de hombres, el amor nunca deja de asomarse por las ventanas, algunos hieren con sus propios coqueteos, dejan aromas de faldas entre los fuelles de su concertina…Mujer no te crea hermosa, porque te pelean los hombres, como eres conquista fácil, en todas partes te nombran…. De mi boca y de mi pecho, he podido ya arrancarme, el cariño de eso besos, que me dio de tarde en tarde…
Ya es un aprendiz de desengaños, su corazón que es tan suyo tan ajeno, ahora parece no tener morada real, sigue en las nubes, busca la lluvia, el olor a sabanas patillaleras, esta resignado, entonces busca su guitarra y dice…No gusto del hombre triste, el que se pone a llorar, porque no tiene riquezas y no piensa en trabajar. Yo vino contento, no tengo resentimientos, soy hombre, sincero y hago siempre lo que quiero……
El cantor del sentimiento regresa a sus amigos, sin olvidar a sus amores, su ciudad se crece, otra gente la invade, el rio pierde sus árboles paisanos, sus parajes tiene otras aves, sus cantos otros trinos, las calles se llenan de fiesta, pero con otra gente, la nostalgia, esa vieja señora regresa a saludarlo, lo abraza para consolarlo, ahí de nuevo reclama.. Como me duele, como me duele, que las costumbres de mi pueblo van muriendo en el recuerdo y tu reflejas esa nostalgia, del viejo Valle que Darío Pavajeau cantaba con mi guitarra….
Entonces el cantor se despide, busca de nuevo otros impulsos, quiere llevar su nostalgia, sus caprichos, sus dolores y sus alegrías en un mismo pecho, toda su carga de ayer la amontona en sus recuerdos, trata de alejarse pero viejos hijos lo mantienen atado a su gente, a sus paisajes, a sus sentimientos, entonces como los potros de ayer resuelve cantar alegre….
La brisa silva en la montaña, en el potrero
El horizonte ya se encuentra ennublecido
Está lloviendo en la nevada
Está lloviendo
Canto a mi tierra,
el verso alegre enternecido.
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Gustavo Gutiérrez, Verso a Verso
Fuente: ElPaisVallenato.com | Fecha: 2013-04-05 | Visitas: 5993
Fuente: ElPaisVallenato
Con el homenaje a Gustavo Gutiérrez Cabello en Valledupar en la versión 46 del Festival Vallenato, regresan los recuerdos de un hombre que ha venido cantándole a los recuerdos. Es la nostalgia de su tierra, de su tiempo, de los amigos, del rio, del potrero, del Viejo Valle, de sus mujeres provincianas, de su pueblo oscuro, o del su Valle querido.
Allí está la brisa, el rocío de la mañana, la gente sencilla y cariñosa, los caminitos de su tierra, Patillal el pueblo de sus mayores. La novia eterna, sus desengaños. Los niños, el algodón, las cosechas, el caballo. Las parrandas y sus eternos participantes, la poesía viva de un constructor de poemas.
Con Gustavo uno aprende que lo que él dijo, o cantó, y pensar que todos hubiéramos querido hacerlo, tal vez de la misma manera, pero nuestro talento se quedó en las raíces, mientras que sus versos volaron con la brisa, se elevaron.
Nadie ha querido tanto a su tierra como Gustavo, en recompensa a nadie han querido tanto sus paisanos, como a él. Sencillez total, un gato triste que pasea por los tejados del alma vallenata. Gustavo en su eterna queja juvenil, sigue siendo niño, sus huesos son parientes de los nuestros, por eso reímos y lloramos juntos, por una tierra y una gente irrepetible, por todo el siglo pasado, que fue su siglo y por estos días del siglo nuevo que no tiene dueño. Para alguien que ha hecho versos, solo puede recordárseles con sus propios versos.
Aquí van juntos Escalona, Freddy Molina y Tobías Enrique, para solo mencionar tres gallos de su raza. De su raza poética.
Es algo que sucedió, allá por Valledupar, se escucha un lamento triste, la noche es larga, pa, sollozar.. es ahí donde el orgullo nativo entona sereno: Gustavo Gutiérrez canta, en Valledupar, donde sale el sol, nadie compara ese encanto, sino tu mirar, divino mi amor…
Una pequeña muestra de su nostalgia por la tierra de sus amores. El cantor se marcha, se despide…Por un camino silencioso, me alejaré cantando triste, de la ciudad casi dormida, que larga pena ella resiste, ninguno de tus hijos quiere, hacer algo por su agonía, pacientemente van mirando los problemas de cada día…
El amor por su tierra, es su total decisión, sus mujeres están ahí, pero es apenas ilusión pasajera, esperanza que llega, anhelos posibles… El bello cielo de mi Valle tan querido, es fiel testigo del amor que yo he tenido, dime que haré para poderme conquistar, a una morena que no me quiere aceptar……..
Ya notan un corazón indicando sus primeros pasos, está decidido que la amada debe ser nativa de estas tierras, por eso asevera: Pa´ los amores no hay como la provinciana, son cariñosas de noche y por la mañana, y si uno llega borracho al atardecer, de tanto hacerlo al fin lo llega a comprender…..
Pero aparece el dolor, dolor de amor o desamor, en un inmenso jardín de flores, la selección de una sola es casi la muerte, todas tienen aromas y colores distintos, pero vienen de raíces iguales que son de la tierra, del mismo río, regadas por las mismos aguaceros… el poeta entonces medianamente solitario exclama: Pa´ que separarnos, cuando nos queremos, si un mal entendido no puede hacernos sufrir ya más, soy como gaviota, que se va volando, por el ancho cielo, sin rumbo fijo donde llegar…
Parece que tantas descargas de amor en plena juventud, lo fueron acostumbrando a tratar con las penas, a conocerlas de frente, sin convencionismos, que para su caso, son dolores pasajeros que se creen intensos, pero que otro aguacero los borra, como hace la lluvia con las huellas…unos amores vienen , otros se van…
Llegó un amor, otro se fue, siempre en la vida hay equivocación, por eso no voy a llorar, lo arreglo todo con un cantar. Cantando alivio el alma, complazco a mis amigos, nuevo querer ya tengo, el viejo en el olvido….
Un provinciano como Gustavo, nunca anda solo, la amistad forma parte integral de la vida caribe, los amigos son esos hermanos que te siguen los pasos, ayudan a pararte si te caes, te consuelan y muestran un nuevo camino, o el mismo con sus baches mejorados. Todos conocen sus cantos, sus trovas, sus musas, todos han sido testigos de serenatas y de madrugadas en los patios del Valle o en los pueblos cercanos, por eso dice siempre dice.. Todavía yo canto, al compás de un son, yo soy de esos hombre que lloran a veces por un amor, y mis amigos, mis amigos, yo se que me recordarán, porque mi canto es muy sencillo, mi canto es muy sentimental…..
Regresan las parrandas, el corazón se enamora mil veces, el alma anda de vacaciones y los versos riman contra el viento y el sol. Las costumbres se acaban, comienzan a morirse los abuelos, los vecinos se despiden, llega la madurez y la juventud cree seguir ocupando la vida. La niñez seguirá rondando por el patio, juega en el rio, pero el vino y las guitarras son cosas de hombres, el amor nunca deja de asomarse por las ventanas, algunos hieren con sus propios coqueteos, dejan aromas de faldas entre los fuelles de su concertina…Mujer no te crea hermosa, porque te pelean los hombres, como eres conquista fácil, en todas partes te nombran…. De mi boca y de mi pecho, he podido ya arrancarme, el cariño de eso besos, que me dio de tarde en tarde…
Ya es un aprendiz de desengaños, su corazón que es tan suyo tan ajeno, ahora parece no tener morada real, sigue en las nubes, busca la lluvia, el olor a sabanas patillaleras, esta resignado, entonces busca su guitarra y dice…No gusto del hombre triste, el que se pone a llorar, porque no tiene riquezas y no piensa en trabajar. Yo vino contento, no tengo resentimientos, soy hombre, sincero y hago siempre lo que quiero……
El cantor del sentimiento regresa a sus amigos, sin olvidar a sus amores, su ciudad se crece, otra gente la invade, el rio pierde sus árboles paisanos, sus parajes tiene otras aves, sus cantos otros trinos, las calles se llenan de fiesta, pero con otra gente, la nostalgia, esa vieja señora regresa a saludarlo, lo abraza para consolarlo, ahí de nuevo reclama.. Como me duele, como me duele, que las costumbres de mi pueblo van muriendo en el recuerdo y tu reflejas esa nostalgia, del viejo Valle que Darío Pavajeau cantaba con mi guitarra….
Entonces el cantor se despide, busca de nuevo otros impulsos, quiere llevar su nostalgia, sus caprichos, sus dolores y sus alegrías en un mismo pecho, toda su carga de ayer la amontona en sus recuerdos, trata de alejarse pero viejos hijos lo mantienen atado a su gente, a sus paisajes, a sus sentimientos, entonces como los potros de ayer resuelve cantar alegre….
La brisa silva en la montaña, en el potrero
El horizonte ya se encuentra ennublecido
Está lloviendo en la nevada
Está lloviendo
Canto a mi tierra,
el verso alegre enternecido.
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Gustavo Gutiérrez, Verso a Verso
Fuente: ElPaisVallenato.com | Fecha: 2013-04-05 | Visitas: 5993
Fuente: ElPaisVallenato
Con el homenaje a Gustavo Gutiérrez Cabello en Valledupar en la versión 46 del Festival Vallenato, regresan los recuerdos de un hombre que ha venido cantándole a los recuerdos. Es la nostalgia de su tierra, de su tiempo, de los amigos, del rio, del potrero, del Viejo Valle, de sus mujeres provincianas, de su pueblo oscuro, o del su Valle querido.
Allí está la brisa, el rocío de la mañana, la gente sencilla y cariñosa, los caminitos de su tierra, Patillal el pueblo de sus mayores. La novia eterna, sus desengaños. Los niños, el algodón, las cosechas, el caballo. Las parrandas y sus eternos participantes, la poesía viva de un constructor de poemas.
Con Gustavo uno aprende que lo que él dijo, o cantó, y pensar que todos hubiéramos querido hacerlo, tal vez de la misma manera, pero nuestro talento se quedó en las raíces, mientras que sus versos volaron con la brisa, se elevaron.
Nadie ha querido tanto a su tierra como Gustavo, en recompensa a nadie han querido tanto sus paisanos, como a él. Sencillez total, un gato triste que pasea por los tejados del alma vallenata. Gustavo en su eterna queja juvenil, sigue siendo niño, sus huesos son parientes de los nuestros, por eso reímos y lloramos juntos, por una tierra y una gente irrepetible, por todo el siglo pasado, que fue su siglo y por estos días del siglo nuevo que no tiene dueño. Para alguien que ha hecho versos, solo puede recordárseles con sus propios versos.
Aquí van juntos Escalona, Freddy Molina y Tobías Enrique, para solo mencionar tres gallos de su raza. De su raza poética.
Es algo que sucedió, allá por Valledupar, se escucha un lamento triste, la noche es larga, pa, sollozar.. es ahí donde el orgullo nativo entona sereno: Gustavo Gutiérrez canta, en Valledupar, donde sale el sol, nadie compara ese encanto, sino tu mirar, divino mi amor…
Una pequeña muestra de su nostalgia por la tierra de sus amores. El cantor se marcha, se despide…Por un camino silencioso, me alejaré cantando triste, de la ciudad casi dormida, que larga pena ella resiste, ninguno de tus hijos quiere, hacer algo por su agonía, pacientemente van mirando los problemas de cada día…
El amor por su tierra, es su total decisión, sus mujeres están ahí, pero es apenas ilusión pasajera, esperanza que llega, anhelos posibles… El bello cielo de mi Valle tan querido, es fiel testigo del amor que yo he tenido, dime que haré para poderme conquistar, a una morena que no me quiere aceptar……..
Ya notan un corazón indicando sus primeros pasos, está decidido que la amada debe ser nativa de estas tierras, por eso asevera: Pa´ los amores no hay como la provinciana, son cariñosas de noche y por la mañana, y si uno llega borracho al atardecer, de tanto hacerlo al fin lo llega a comprender…..
Pero aparece el dolor, dolor de amor o desamor, en un inmenso jardín de flores, la selección de una sola es casi la muerte, todas tienen aromas y colores distintos, pero vienen de raíces iguales que son de la tierra, del mismo río, regadas por las mismos aguaceros… el poeta entonces medianamente solitario exclama: Pa´ que separarnos, cuando nos queremos, si un mal entendido no puede hacernos sufrir ya más, soy como gaviota, que se va volando, por el ancho cielo, sin rumbo fijo donde llegar…
Parece que tantas descargas de amor en plena juventud, lo fueron acostumbrando a tratar con las penas, a conocerlas de frente, sin convencionismos, que para su caso, son dolores pasajeros que se creen intensos, pero que otro aguacero los borra, como hace la lluvia con las huellas…unos amores vienen , otros se van…
Llegó un amor, otro se fue, siempre en la vida hay equivocación, por eso no voy a llorar, lo arreglo todo con un cantar. Cantando alivio el alma, complazco a mis amigos, nuevo querer ya tengo, el viejo en el olvido….
Un provinciano como Gustavo, nunca anda solo, la amistad forma parte integral de la vida caribe, los amigos son esos hermanos que te siguen los pasos, ayudan a pararte si te caes, te consuelan y muestran un nuevo camino, o el mismo con sus baches mejorados. Todos conocen sus cantos, sus trovas, sus musas, todos han sido testigos de serenatas y de madrugadas en los patios del Valle o en los pueblos cercanos, por eso dice siempre dice.. Todavía yo canto, al compás de un son, yo soy de esos hombre que lloran a veces por un amor, y mis amigos, mis amigos, yo se que me recordarán, porque mi canto es muy sencillo, mi canto es muy sentimental…..
Regresan las parrandas, el corazón se enamora mil veces, el alma anda de vacaciones y los versos riman contra el viento y el sol. Las costumbres se acaban, comienzan a morirse los abuelos, los vecinos se despiden, llega la madurez y la juventud cree seguir ocupando la vida. La niñez seguirá rondando por el patio, juega en el rio, pero el vino y las guitarras son cosas de hombres, el amor nunca deja de asomarse por las ventanas, algunos hieren con sus propios coqueteos, dejan aromas de faldas entre los fuelles de su concertina…Mujer no te crea hermosa, porque te pelean los hombres, como eres conquista fácil, en todas partes te nombran…. De mi boca y de mi pecho, he podido ya arrancarme, el cariño de eso besos, que me dio de tarde en tarde…
Ya es un aprendiz de desengaños, su corazón que es tan suyo tan ajeno, ahora parece no tener morada real, sigue en las nubes, busca la lluvia, el olor a sabanas patillaleras, esta resignado, entonces busca su guitarra y dice…No gusto del hombre triste, el que se pone a llorar, porque no tiene riquezas y no piensa en trabajar. Yo vino contento, no tengo resentimientos, soy hombre, sincero y hago siempre lo que quiero……
El cantor del sentimiento regresa a sus amigos, sin olvidar a sus amores, su ciudad se crece, otra gente la invade, el rio pierde sus árboles paisanos, sus parajes tiene otras aves, sus cantos otros trinos, las calles se llenan de fiesta, pero con otra gente, la nostalgia, esa vieja señora regresa a saludarlo, lo abraza para consolarlo, ahí de nuevo reclama.. Como me duele, como me duele, que las costumbres de mi pueblo van muriendo en el recuerdo y tu reflejas esa nostalgia, del viejo Valle que Darío Pavajeau cantaba con mi guitarra….
Entonces el cantor se despide, busca de nuevo otros impulsos, quiere llevar su nostalgia, sus caprichos, sus dolores y sus alegrías en un mismo pecho, toda su carga de ayer la amontona en sus recuerdos, trata de alejarse pero viejos hijos lo mantienen atado a su gente, a sus paisajes, a sus sentimientos, entonces como los potros de ayer resuelve cantar alegre….
La brisa silva en la montaña, en el potrero
El horizonte ya se encuentra ennublecido
Está lloviendo en la nevada
Está lloviendo
Canto a mi tierra,
el verso alegre enternecido.