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VolverDiomedes Díaz: El más grande de la música vallenata desnuda su corazón
Fuente: www.enlatino.com | Fecha: 2011-02-14 | Visitas: 17039
* El cantante más polémico del vallenato ataca directamente a los nuevos intérpretes de este género.
* También habla de su premio Grammy, de su salud, de sus problemas con la justicia y de su legado musical.
Diomedes Díaz no concede entrevistas. Es un artista hermético con su vida, con su entorno y más con los medios de comunicación. Por primera vez y en exclusiva para enLatino.com y el Periódico Latino de España, quien es considerado el cantante más importante de la música vallenata, se entrega en cuerpo y alma en un diálogo que no tiene desperdicio, que a más de uno le va a sorprender y con el queda claro que ‘El Cacique’ no tiene pelos en la lengua.
‘Cacique, ese término que utilizan en Colombia, ‘El Papá de los Pollitos, ¿te llena de orgullo?
“Ese fui yo mismo”; la pregunta le incomoda y golpea con su mano derecha la silla una y otra vez. “Hombre a estos chicos yo le aconsejo lo siguiente: son muy buenos, pero ellos saben que no tienen cimientos.
De una u otra forma son mis alumnos, de Poncho, de Jorge y del otro. Pero yo los quiero y los admiro mucho. A Silvestre, a Peter, a Jorgito, a todos, a todos los admiro porque lo hacen muy bien. Ahí está el ejemplo de Jorge Celedón. Jorgito duró diez años con el Binomio de Oro y nadie lo conocía, duró quince con su tío, cuando grabó esa canción: ‘Oye papá, en la casa hay un señor’…
Lo que pasa es que yo estaba huyendo de un problema judicial y hubo una pista que hicieron en la Sony; dejé unos versos grabados y lo metieron grabando junto conmigo; y se pegó Jorgito Celedón. Yo como le voy a tener rabia a esos muchachos. Ellos lo desconocen y no nos dan el agradecimiento. Pero yo sí. Ellos son hijos míos, hijos del folclor, y el folclor es el sentir del pueblo.
Ustedes saben muy bien que no tienen cimientos, los coge una brisa y los vota lejos. Por el favor y la Virgen, afiáncense. Tómenle amor al arte y verán que un futuro no muy lejano serán un Diomedes Díaz, un Poncho Zuleta, un bravo de esos. Sí, porque ustedes son alumnos de nosotros. A usted lo coge un huracán y lo vota. No tiene de donde agarrarse. Tome el arte como profesión y verá que construye una pirámide.
¿Qué pretenden aquellos que te viven comparando con estos nuevos cantantes?
A mí que me comparen con un ser vivo. Si me comparan con un pito de un carro, es porque me presto. Y si ellos lo dicen es porque algo le cuentan. La música nuestra es tan extensa que le cabe cualquier comparación. Y volviendo a estos chicos no nos va a ocurrir lo mismo que le pasó a México que quedó sin ídolos.
Está Vicente Fernández, pero tú sabes que el canta lo que hizo Antonio Aguilar, José Alfredo Jiménez…; nunca ha hecho una canción, excepto Juan Gabriel que es un lucero, un astro. ¿Entendiste? Entonces en eso va el vallenato. Desde aquí quiero decirle a estos chicos que por favor tomen al arte con amor y verán que siguen con el folclor adelante, ¿por qué?, porque han cogido al folclor para negociar y están maltratando al pueblo.
Uno de los temas más sonados en Colombia es el ‘Vivo vive del bobo’, ¿por qué lo grabaste con Peter Manjares? ¿Él te lo pidió?
Es como yo te decía, esos pelaos pasan a ser alumnos de uno. Él me lo pidió a mí porque yo no tengo la necesidad de ir a donde él. Él es el que tiene que acercarse a mí. Y ahora te hablo de la nueva ola, sin herir a nadie. Hay que ser realistas, la nueva ola fue un furor cuando estaba con problemas. Surgió fue para destruir a Diomedes Díaz.
Intento contrapreguntar y dice: para bola: “Esos pelaos ignorantes. Tal vez no pensado por ellos, sino por gente que ve el signo pesos aquí (se toca la frente). Pero lo que la gente no sabe es que Diomedes es un caracolí que florece cuando a él le da la gana y en Semana Santa. Y todos tienen que llegar a mí, a cantar conmigo para volver a subir. Y yo les voy a enseñar y ahí me retiro yo.
No soy hombre de vivir de vacas, la vaca es para los toros. Conclusión: por qué Peter, porque lo merecía y nos sirvió a los dos. Incluso, más a mí, porque la gente piensa que el disco lo saqué fui yo. Como el otro tiene el estilo mío; he dicho.
Hablemos de tu próximo disco, ¿ya has entrado a estudio, lo estás grabando?
El disco lo estamos programando para el 26 de mayo. El día de mi cumpleaños. Es el regalo que siempre le hago a todos mis seguidores.
¿Qué novedades nos tienes en esta nueva producción?
Hay un tema dedicado a mi mujer, Consuelo (ella está a su lado y Diomedes le acaricia el rostro y su negra cabellera) que se llama ‘Amor bogotano’, y dice así: ‘En el centro de Colombia, bien sea Bogotá, ahí fue donde conocí a una cachaquita, hay por Dios que cosa tan bonita, desde entonces se metió en mi corazón. Si cojo un avión del Valle pa’ ya, seguro es que voy es pa’ Bogotá.
Pregunto a la nueva musa del 'monstruo del vallenato' qué piensa cuando Diomedes le dedica una canción y responde que es muy bonito. “Siempre ha sido muy especial conmigo, no solo con canciones, sino con hechos, que es lo que vale”.
'Cacique’, sobre el tema de las amistades, ¿lo han traicionado mucho?
Dicen que en los hospitales y en la cárcel es donde se conocen las amistades. Yo no tengo queja en ese particular. A mí me atendieron muy bien en la cárcel. Tanto en la clínica también. Ese paso por la cárcel considero que no fue un castigo de Dios. Mejor dicho, alguien murió para que yo viviera, pero yo jamás me di cuenta si murió o no.
Esta es la hora que yo no sé si está viva o está muerta la difunta, alguien que era mi hermanita, la cual convivió conmigo. De todas maneras de mis amistades siempre he vivido agradecido, pero como decía, hay que ser prudente. Alguien decía que el árbol con fruto es al que le tiran piedra. Y yo sigo adelante porque eso está por debajo de mis capacidades. Mira el ridículo en que quedó la justicia. Respeto mucho a la justicia colombiana. Me hicieron gastar 15 y 20 mil millones de pesos; con ese dinero hubiera construido un barrio para los pobres.
¿Cómo es el Diomedes Díaz que no está en los escenarios?
Yo quiero que conozcan al Diomedes Díaz que tú ves aquí, el de hueso y sangre. Yo no hice la primaria. Tanto el dinero como el estudio me han atrasado. La plata me aburrió y el estudio me atrasó. Cuando yo comencé a estudiar la historia sagrada, algo que respeto mucho. Desde aquí un abrazo a la curia y a Dios que es mi ídolo. Diomedes no termina la frase. Y retoma el diálogo con lo siguiente: ‘Lo que pasa es que todo el mundo quiere ser doctor y todo el mundo no sirve para doctor. Por lo tanto yo sé hacer de todo. Yo te sé ordeñar una vaca, sé sembrar un palo de yuca y te lo sé sacar, también sé hacer una empanada y te la sé vender. Y si me explicas bien te sirvo para gerente’.
El Diomedes que está en Europa se ve más rejuvenecido y con menos peso…
Uno come lo debido, pero para mí es el mismo ajetreo del trabajo. A veces nos pasamos de kilito y a veces lo bajamos. Tenemos la fortuna que para adelgazar también somos fáciles. Acumulamos grasa y la eliminamos inmediatamente. Abre los brazos y recalca que esa es su talla.
¿Qué significa Diomedes Díaz para la música vallenata?
Mucho. El legado que le dejo a mi público es muy importantísimo. Diomedes Díaz para la música vallenata, que yo considero muy particularmente, es una de las glorias del folclor.
¿Crees que la prensa en Colombia te ha tratado bien o han abusado de la grandeza de Diomedes Díaz?
Más bien de mi sencillez, de mi humildad. Pues no digamos que me tengan rabia. Yo no me meto con nadie y nadie se mete conmigo, sino que tú sabes que en todas partes hay el negocio, existe la competencia, pero hay muchas personas que no respetan, porque sinceramente yo soy un hombre que tiene más de treinta años de estar en esto, a diario bregando para conseguir lo mejor del folclor para que un muchacho de 19 años, empírico (lo repite una y otra vez) quiera destruir mis cincuenta años de trabajo.
No puede ser, más sin embargo yo quiero y respeto la prensa colombiana y los quiero a todos porque en verdad tú sabes que la prensa colombiana es fina, fina.
El Presidente de Colombia te invitó al Palacio de Nariño para homenajearte por el Grammy Latino que obtuviste. ¿Cuándo será?
Todavía no sé. Lo que te puedo decir es que la Academia de la Música, a quienes envío desde aquí un inmenso saludo, le entregarán el galardón al Presidente. Luego pasará al Congreso y me condecorarán con la Medalla de Boyacá y después se lo entregaré a los colombianos. Yo lo que quiero con este premio es llevarle un mensaje de amor y paz al pueblo, en vez del protocolo. Gracias de verdad a la Real Academia porque de verdad acertó y ahí les dejo mi legado.
En tu vida han pasado muchos episodios dolorosos, ¿cuál ha sido ese en el que tú hayas pensado de esta no me levanto? ¿Cuando te operaron del corazón o el drama del problema del Guillain-Barré?
Fue muy fuerte con lo del Guillain-Barré, porque fue algo inesperado. Yo estaba al día con mis vacunas, estaba al día con todo. Pero fue algo muy violento, sumamente violento. Fue cuando el doctor Altahona en Bogotá se hizo cargo de mí en la clínica Reina Sofía.
Caramba, yo le pedí a Dios y a la Virgen que me dieran fuerzas. La lengua me caía por acá (señala con su mano donde está situado el corazón). El cuerpo se me desplomó totalmente y yo me sentía ido. Yo en ese estado recibí un mensaje espiritual que me decía que iba a seguir viviendo (se le quiebra la voz).
Toma aire y dice que a los tres días de estar así movió uno de los dedos del pie, algo impensable para los médicos que lo atendían, entre los que había peruanos, mexicanos, argentinos…
“Afortunadamente pude conseguir doce vacunas que necesitaba y que tenían un costo de un millón de pesos (300 euros). Las localizamos en México, Argentina y Canadá. Y me salvé hermano. Porque el Guillain-Barré es como esos cablecitos del teléfono. El cuerpo humano está cubierto de esos cablecitos. Todas esas ramificaciones las posee el ser humano. Esos cables amarillo, azul y rojo se llaman mielina.
Esa enfermedad es tan bárbara que la mielina se lo va comiendo y queda el cable pelao. Donde hay un cable pealo y con corriente tú saltas y te patea. Para no alargarte el cuento fue el momento más duro, más fuerte y me dieron ocho días de vida. Pero yo no le puse mucha importancia porque el médico me había dicho que en seis meses me podía recuperar. En ningún momento pensé en morirme. Y tal vez no tuve tiempo porque tuve mucho dolor, mucho dolor.
Hombre y a los tres meses estaba haciendo ejercicio y a los siete caminando, gracias a Dios. Yo le digo a las personas que hayan sufrido o sufren una enfermedad que tengan fe hermano, que tengan fe. A veces nos morimos por imprudente hermano. Tú no te imaginas la falta que hace una pestaña, que hace una uña.
A veces creemos que el mundo es de uno y los demás viven alquilaos y así no es. El hombre no vale por el terreno que pisa ( se refiere a las nuevas generaciones), sino por el horizonte que descubren sus ojos.
¿Cómo estás de salud ahora?
Me siento muy bien, gracias a Dios. Infarto no tuve. Me operé antes como prevención. No tengo ninguna secuela, incluso estoy más simpático, más moso, me dicen las muchachas. Mi señora me dice que estoy muy bueno. De todas maneras me cuido. Tengo mi finca ganadera, soy arrocero, campesino en general. Hace tres meses me hice el último chequeo y, según el último diagnóstico, por ahora la muerte tendrá que esperar.
¿Qué piensas de la muerte?
Si supiera, estoy completamente seguro, que si muerto voy a producir más que vivo, me muero. Pero no se sabe. De todas maneras, todos mis respetos a la gente del cielo y a la gente de la tierra. En caso tal, ya hablando filosóficamente, los muertos nos llevan un campito no más, una distancia. Lo que sí tengo claro es que me gustaría levantarme y ver mi entierro. La muerte es mi amiga.
¿Cuál ha sido el momento más doloroso en tu vida?
He tenido muchos momentos malos. Afortunadamente mi señora, Consuelo Martínez, me ha dado mucha vida, mucha alma, pero estos últimos quince años fueron de problemas, tú sabes que a nadie le faltan; problemas tanto económicos, políticos, morales; gracias a Dios lo importante es creer y levantarse. Y yo he tenido esa oportunidad, gracias a Consuelo, a mi compadre y mánager José Zequeda, a mi mamá, incluso mi papá antes de morir, a todos los médicos.
He tenido muchos momentos feos. Acabo de cumplir 50 años, pero hoy comienzo a vivir mi segunda juventud, y me siento feliz. Acabo de tener una niña con Consuelo que tiene nueve meses.
Por donde paso las peladas me dicen que estoy muy buen moso, y mi mujer me dice que eso es verdad, que no me ponga bravo. La felicidad no es completa. Por eso yo le aconsejo a mis seguidores que cuando logren conseguir un instante de felicidad, aprovéchela, acaríciela, ¿por qué?, porque no hay felicidad completa, en un momentico se le va. Procuremos vivir la vida, creamos en un ser supremo, que sí existe, debe ser Dios, mi Virgen del Carmen, que es lo mío, mi santa sagrada, mi devoción.
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Diomedes Díaz: El más grande de la música vallenata desnuda su corazón
Fuente: www.enlatino.com | Fecha: 2011-02-14 | Visitas: 17039
* El cantante más polémico del vallenato ataca directamente a los nuevos intérpretes de este género.
* También habla de su premio Grammy, de su salud, de sus problemas con la justicia y de su legado musical.
Diomedes Díaz no concede entrevistas. Es un artista hermético con su vida, con su entorno y más con los medios de comunicación. Por primera vez y en exclusiva para enLatino.com y el Periódico Latino de España, quien es considerado el cantante más importante de la música vallenata, se entrega en cuerpo y alma en un diálogo que no tiene desperdicio, que a más de uno le va a sorprender y con el queda claro que ‘El Cacique’ no tiene pelos en la lengua.
‘Cacique, ese término que utilizan en Colombia, ‘El Papá de los Pollitos, ¿te llena de orgullo?
“Ese fui yo mismo”; la pregunta le incomoda y golpea con su mano derecha la silla una y otra vez. “Hombre a estos chicos yo le aconsejo lo siguiente: son muy buenos, pero ellos saben que no tienen cimientos.
De una u otra forma son mis alumnos, de Poncho, de Jorge y del otro. Pero yo los quiero y los admiro mucho. A Silvestre, a Peter, a Jorgito, a todos, a todos los admiro porque lo hacen muy bien. Ahí está el ejemplo de Jorge Celedón. Jorgito duró diez años con el Binomio de Oro y nadie lo conocía, duró quince con su tío, cuando grabó esa canción: ‘Oye papá, en la casa hay un señor’…
Lo que pasa es que yo estaba huyendo de un problema judicial y hubo una pista que hicieron en la Sony; dejé unos versos grabados y lo metieron grabando junto conmigo; y se pegó Jorgito Celedón. Yo como le voy a tener rabia a esos muchachos. Ellos lo desconocen y no nos dan el agradecimiento. Pero yo sí. Ellos son hijos míos, hijos del folclor, y el folclor es el sentir del pueblo.
Ustedes saben muy bien que no tienen cimientos, los coge una brisa y los vota lejos. Por el favor y la Virgen, afiáncense. Tómenle amor al arte y verán que un futuro no muy lejano serán un Diomedes Díaz, un Poncho Zuleta, un bravo de esos. Sí, porque ustedes son alumnos de nosotros. A usted lo coge un huracán y lo vota. No tiene de donde agarrarse. Tome el arte como profesión y verá que construye una pirámide.
¿Qué pretenden aquellos que te viven comparando con estos nuevos cantantes?
A mí que me comparen con un ser vivo. Si me comparan con un pito de un carro, es porque me presto. Y si ellos lo dicen es porque algo le cuentan. La música nuestra es tan extensa que le cabe cualquier comparación. Y volviendo a estos chicos no nos va a ocurrir lo mismo que le pasó a México que quedó sin ídolos.
Está Vicente Fernández, pero tú sabes que el canta lo que hizo Antonio Aguilar, José Alfredo Jiménez…; nunca ha hecho una canción, excepto Juan Gabriel que es un lucero, un astro. ¿Entendiste? Entonces en eso va el vallenato. Desde aquí quiero decirle a estos chicos que por favor tomen al arte con amor y verán que siguen con el folclor adelante, ¿por qué?, porque han cogido al folclor para negociar y están maltratando al pueblo.
Uno de los temas más sonados en Colombia es el ‘Vivo vive del bobo’, ¿por qué lo grabaste con Peter Manjares? ¿Él te lo pidió?
Es como yo te decía, esos pelaos pasan a ser alumnos de uno. Él me lo pidió a mí porque yo no tengo la necesidad de ir a donde él. Él es el que tiene que acercarse a mí. Y ahora te hablo de la nueva ola, sin herir a nadie. Hay que ser realistas, la nueva ola fue un furor cuando estaba con problemas. Surgió fue para destruir a Diomedes Díaz.
Intento contrapreguntar y dice: para bola: “Esos pelaos ignorantes. Tal vez no pensado por ellos, sino por gente que ve el signo pesos aquí (se toca la frente). Pero lo que la gente no sabe es que Diomedes es un caracolí que florece cuando a él le da la gana y en Semana Santa. Y todos tienen que llegar a mí, a cantar conmigo para volver a subir. Y yo les voy a enseñar y ahí me retiro yo.
No soy hombre de vivir de vacas, la vaca es para los toros. Conclusión: por qué Peter, porque lo merecía y nos sirvió a los dos. Incluso, más a mí, porque la gente piensa que el disco lo saqué fui yo. Como el otro tiene el estilo mío; he dicho.
Hablemos de tu próximo disco, ¿ya has entrado a estudio, lo estás grabando?
El disco lo estamos programando para el 26 de mayo. El día de mi cumpleaños. Es el regalo que siempre le hago a todos mis seguidores.
¿Qué novedades nos tienes en esta nueva producción?
Hay un tema dedicado a mi mujer, Consuelo (ella está a su lado y Diomedes le acaricia el rostro y su negra cabellera) que se llama ‘Amor bogotano’, y dice así: ‘En el centro de Colombia, bien sea Bogotá, ahí fue donde conocí a una cachaquita, hay por Dios que cosa tan bonita, desde entonces se metió en mi corazón. Si cojo un avión del Valle pa’ ya, seguro es que voy es pa’ Bogotá.
Pregunto a la nueva musa del 'monstruo del vallenato' qué piensa cuando Diomedes le dedica una canción y responde que es muy bonito. “Siempre ha sido muy especial conmigo, no solo con canciones, sino con hechos, que es lo que vale”.
'Cacique’, sobre el tema de las amistades, ¿lo han traicionado mucho?
Dicen que en los hospitales y en la cárcel es donde se conocen las amistades. Yo no tengo queja en ese particular. A mí me atendieron muy bien en la cárcel. Tanto en la clínica también. Ese paso por la cárcel considero que no fue un castigo de Dios. Mejor dicho, alguien murió para que yo viviera, pero yo jamás me di cuenta si murió o no.
Esta es la hora que yo no sé si está viva o está muerta la difunta, alguien que era mi hermanita, la cual convivió conmigo. De todas maneras de mis amistades siempre he vivido agradecido, pero como decía, hay que ser prudente. Alguien decía que el árbol con fruto es al que le tiran piedra. Y yo sigo adelante porque eso está por debajo de mis capacidades. Mira el ridículo en que quedó la justicia. Respeto mucho a la justicia colombiana. Me hicieron gastar 15 y 20 mil millones de pesos; con ese dinero hubiera construido un barrio para los pobres.
¿Cómo es el Diomedes Díaz que no está en los escenarios?
Yo quiero que conozcan al Diomedes Díaz que tú ves aquí, el de hueso y sangre. Yo no hice la primaria. Tanto el dinero como el estudio me han atrasado. La plata me aburrió y el estudio me atrasó. Cuando yo comencé a estudiar la historia sagrada, algo que respeto mucho. Desde aquí un abrazo a la curia y a Dios que es mi ídolo. Diomedes no termina la frase. Y retoma el diálogo con lo siguiente: ‘Lo que pasa es que todo el mundo quiere ser doctor y todo el mundo no sirve para doctor. Por lo tanto yo sé hacer de todo. Yo te sé ordeñar una vaca, sé sembrar un palo de yuca y te lo sé sacar, también sé hacer una empanada y te la sé vender. Y si me explicas bien te sirvo para gerente’.
El Diomedes que está en Europa se ve más rejuvenecido y con menos peso…
Uno come lo debido, pero para mí es el mismo ajetreo del trabajo. A veces nos pasamos de kilito y a veces lo bajamos. Tenemos la fortuna que para adelgazar también somos fáciles. Acumulamos grasa y la eliminamos inmediatamente. Abre los brazos y recalca que esa es su talla.
¿Qué significa Diomedes Díaz para la música vallenata?
Mucho. El legado que le dejo a mi público es muy importantísimo. Diomedes Díaz para la música vallenata, que yo considero muy particularmente, es una de las glorias del folclor.
¿Crees que la prensa en Colombia te ha tratado bien o han abusado de la grandeza de Diomedes Díaz?
Más bien de mi sencillez, de mi humildad. Pues no digamos que me tengan rabia. Yo no me meto con nadie y nadie se mete conmigo, sino que tú sabes que en todas partes hay el negocio, existe la competencia, pero hay muchas personas que no respetan, porque sinceramente yo soy un hombre que tiene más de treinta años de estar en esto, a diario bregando para conseguir lo mejor del folclor para que un muchacho de 19 años, empírico (lo repite una y otra vez) quiera destruir mis cincuenta años de trabajo.
No puede ser, más sin embargo yo quiero y respeto la prensa colombiana y los quiero a todos porque en verdad tú sabes que la prensa colombiana es fina, fina.
El Presidente de Colombia te invitó al Palacio de Nariño para homenajearte por el Grammy Latino que obtuviste. ¿Cuándo será?
Todavía no sé. Lo que te puedo decir es que la Academia de la Música, a quienes envío desde aquí un inmenso saludo, le entregarán el galardón al Presidente. Luego pasará al Congreso y me condecorarán con la Medalla de Boyacá y después se lo entregaré a los colombianos. Yo lo que quiero con este premio es llevarle un mensaje de amor y paz al pueblo, en vez del protocolo. Gracias de verdad a la Real Academia porque de verdad acertó y ahí les dejo mi legado.
En tu vida han pasado muchos episodios dolorosos, ¿cuál ha sido ese en el que tú hayas pensado de esta no me levanto? ¿Cuando te operaron del corazón o el drama del problema del Guillain-Barré?
Fue muy fuerte con lo del Guillain-Barré, porque fue algo inesperado. Yo estaba al día con mis vacunas, estaba al día con todo. Pero fue algo muy violento, sumamente violento. Fue cuando el doctor Altahona en Bogotá se hizo cargo de mí en la clínica Reina Sofía.
Caramba, yo le pedí a Dios y a la Virgen que me dieran fuerzas. La lengua me caía por acá (señala con su mano donde está situado el corazón). El cuerpo se me desplomó totalmente y yo me sentía ido. Yo en ese estado recibí un mensaje espiritual que me decía que iba a seguir viviendo (se le quiebra la voz).
Toma aire y dice que a los tres días de estar así movió uno de los dedos del pie, algo impensable para los médicos que lo atendían, entre los que había peruanos, mexicanos, argentinos…
“Afortunadamente pude conseguir doce vacunas que necesitaba y que tenían un costo de un millón de pesos (300 euros). Las localizamos en México, Argentina y Canadá. Y me salvé hermano. Porque el Guillain-Barré es como esos cablecitos del teléfono. El cuerpo humano está cubierto de esos cablecitos. Todas esas ramificaciones las posee el ser humano. Esos cables amarillo, azul y rojo se llaman mielina.
Esa enfermedad es tan bárbara que la mielina se lo va comiendo y queda el cable pelao. Donde hay un cable pealo y con corriente tú saltas y te patea. Para no alargarte el cuento fue el momento más duro, más fuerte y me dieron ocho días de vida. Pero yo no le puse mucha importancia porque el médico me había dicho que en seis meses me podía recuperar. En ningún momento pensé en morirme. Y tal vez no tuve tiempo porque tuve mucho dolor, mucho dolor.
Hombre y a los tres meses estaba haciendo ejercicio y a los siete caminando, gracias a Dios. Yo le digo a las personas que hayan sufrido o sufren una enfermedad que tengan fe hermano, que tengan fe. A veces nos morimos por imprudente hermano. Tú no te imaginas la falta que hace una pestaña, que hace una uña.
A veces creemos que el mundo es de uno y los demás viven alquilaos y así no es. El hombre no vale por el terreno que pisa ( se refiere a las nuevas generaciones), sino por el horizonte que descubren sus ojos.
¿Cómo estás de salud ahora?
Me siento muy bien, gracias a Dios. Infarto no tuve. Me operé antes como prevención. No tengo ninguna secuela, incluso estoy más simpático, más moso, me dicen las muchachas. Mi señora me dice que estoy muy bueno. De todas maneras me cuido. Tengo mi finca ganadera, soy arrocero, campesino en general. Hace tres meses me hice el último chequeo y, según el último diagnóstico, por ahora la muerte tendrá que esperar.
¿Qué piensas de la muerte?
Si supiera, estoy completamente seguro, que si muerto voy a producir más que vivo, me muero. Pero no se sabe. De todas maneras, todos mis respetos a la gente del cielo y a la gente de la tierra. En caso tal, ya hablando filosóficamente, los muertos nos llevan un campito no más, una distancia. Lo que sí tengo claro es que me gustaría levantarme y ver mi entierro. La muerte es mi amiga.
¿Cuál ha sido el momento más doloroso en tu vida?
He tenido muchos momentos malos. Afortunadamente mi señora, Consuelo Martínez, me ha dado mucha vida, mucha alma, pero estos últimos quince años fueron de problemas, tú sabes que a nadie le faltan; problemas tanto económicos, políticos, morales; gracias a Dios lo importante es creer y levantarse. Y yo he tenido esa oportunidad, gracias a Consuelo, a mi compadre y mánager José Zequeda, a mi mamá, incluso mi papá antes de morir, a todos los médicos.
He tenido muchos momentos feos. Acabo de cumplir 50 años, pero hoy comienzo a vivir mi segunda juventud, y me siento feliz. Acabo de tener una niña con Consuelo que tiene nueve meses.
Por donde paso las peladas me dicen que estoy muy buen moso, y mi mujer me dice que eso es verdad, que no me ponga bravo. La felicidad no es completa. Por eso yo le aconsejo a mis seguidores que cuando logren conseguir un instante de felicidad, aprovéchela, acaríciela, ¿por qué?, porque no hay felicidad completa, en un momentico se le va. Procuremos vivir la vida, creamos en un ser supremo, que sí existe, debe ser Dios, mi Virgen del Carmen, que es lo mío, mi santa sagrada, mi devoción.
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Diomedes Díaz: El más grande de la música vallenata desnuda su corazón
Fuente: www.enlatino.com | Fecha: 2011-02-14 | Visitas: 17039
* El cantante más polémico del vallenato ataca directamente a los nuevos intérpretes de este género.
* También habla de su premio Grammy, de su salud, de sus problemas con la justicia y de su legado musical.
Diomedes Díaz no concede entrevistas. Es un artista hermético con su vida, con su entorno y más con los medios de comunicación. Por primera vez y en exclusiva para enLatino.com y el Periódico Latino de España, quien es considerado el cantante más importante de la música vallenata, se entrega en cuerpo y alma en un diálogo que no tiene desperdicio, que a más de uno le va a sorprender y con el queda claro que ‘El Cacique’ no tiene pelos en la lengua.
‘Cacique, ese término que utilizan en Colombia, ‘El Papá de los Pollitos, ¿te llena de orgullo?
“Ese fui yo mismo”; la pregunta le incomoda y golpea con su mano derecha la silla una y otra vez. “Hombre a estos chicos yo le aconsejo lo siguiente: son muy buenos, pero ellos saben que no tienen cimientos.
De una u otra forma son mis alumnos, de Poncho, de Jorge y del otro. Pero yo los quiero y los admiro mucho. A Silvestre, a Peter, a Jorgito, a todos, a todos los admiro porque lo hacen muy bien. Ahí está el ejemplo de Jorge Celedón. Jorgito duró diez años con el Binomio de Oro y nadie lo conocía, duró quince con su tío, cuando grabó esa canción: ‘Oye papá, en la casa hay un señor’…
Lo que pasa es que yo estaba huyendo de un problema judicial y hubo una pista que hicieron en la Sony; dejé unos versos grabados y lo metieron grabando junto conmigo; y se pegó Jorgito Celedón. Yo como le voy a tener rabia a esos muchachos. Ellos lo desconocen y no nos dan el agradecimiento. Pero yo sí. Ellos son hijos míos, hijos del folclor, y el folclor es el sentir del pueblo.
Ustedes saben muy bien que no tienen cimientos, los coge una brisa y los vota lejos. Por el favor y la Virgen, afiáncense. Tómenle amor al arte y verán que un futuro no muy lejano serán un Diomedes Díaz, un Poncho Zuleta, un bravo de esos. Sí, porque ustedes son alumnos de nosotros. A usted lo coge un huracán y lo vota. No tiene de donde agarrarse. Tome el arte como profesión y verá que construye una pirámide.
¿Qué pretenden aquellos que te viven comparando con estos nuevos cantantes?
A mí que me comparen con un ser vivo. Si me comparan con un pito de un carro, es porque me presto. Y si ellos lo dicen es porque algo le cuentan. La música nuestra es tan extensa que le cabe cualquier comparación. Y volviendo a estos chicos no nos va a ocurrir lo mismo que le pasó a México que quedó sin ídolos.
Está Vicente Fernández, pero tú sabes que el canta lo que hizo Antonio Aguilar, José Alfredo Jiménez…; nunca ha hecho una canción, excepto Juan Gabriel que es un lucero, un astro. ¿Entendiste? Entonces en eso va el vallenato. Desde aquí quiero decirle a estos chicos que por favor tomen al arte con amor y verán que siguen con el folclor adelante, ¿por qué?, porque han cogido al folclor para negociar y están maltratando al pueblo.
Uno de los temas más sonados en Colombia es el ‘Vivo vive del bobo’, ¿por qué lo grabaste con Peter Manjares? ¿Él te lo pidió?
Es como yo te decía, esos pelaos pasan a ser alumnos de uno. Él me lo pidió a mí porque yo no tengo la necesidad de ir a donde él. Él es el que tiene que acercarse a mí. Y ahora te hablo de la nueva ola, sin herir a nadie. Hay que ser realistas, la nueva ola fue un furor cuando estaba con problemas. Surgió fue para destruir a Diomedes Díaz.
Intento contrapreguntar y dice: para bola: “Esos pelaos ignorantes. Tal vez no pensado por ellos, sino por gente que ve el signo pesos aquí (se toca la frente). Pero lo que la gente no sabe es que Diomedes es un caracolí que florece cuando a él le da la gana y en Semana Santa. Y todos tienen que llegar a mí, a cantar conmigo para volver a subir. Y yo les voy a enseñar y ahí me retiro yo.
No soy hombre de vivir de vacas, la vaca es para los toros. Conclusión: por qué Peter, porque lo merecía y nos sirvió a los dos. Incluso, más a mí, porque la gente piensa que el disco lo saqué fui yo. Como el otro tiene el estilo mío; he dicho.
Hablemos de tu próximo disco, ¿ya has entrado a estudio, lo estás grabando?
El disco lo estamos programando para el 26 de mayo. El día de mi cumpleaños. Es el regalo que siempre le hago a todos mis seguidores.
¿Qué novedades nos tienes en esta nueva producción?
Hay un tema dedicado a mi mujer, Consuelo (ella está a su lado y Diomedes le acaricia el rostro y su negra cabellera) que se llama ‘Amor bogotano’, y dice así: ‘En el centro de Colombia, bien sea Bogotá, ahí fue donde conocí a una cachaquita, hay por Dios que cosa tan bonita, desde entonces se metió en mi corazón. Si cojo un avión del Valle pa’ ya, seguro es que voy es pa’ Bogotá.
Pregunto a la nueva musa del 'monstruo del vallenato' qué piensa cuando Diomedes le dedica una canción y responde que es muy bonito. “Siempre ha sido muy especial conmigo, no solo con canciones, sino con hechos, que es lo que vale”.
'Cacique’, sobre el tema de las amistades, ¿lo han traicionado mucho?
Dicen que en los hospitales y en la cárcel es donde se conocen las amistades. Yo no tengo queja en ese particular. A mí me atendieron muy bien en la cárcel. Tanto en la clínica también. Ese paso por la cárcel considero que no fue un castigo de Dios. Mejor dicho, alguien murió para que yo viviera, pero yo jamás me di cuenta si murió o no.
Esta es la hora que yo no sé si está viva o está muerta la difunta, alguien que era mi hermanita, la cual convivió conmigo. De todas maneras de mis amistades siempre he vivido agradecido, pero como decía, hay que ser prudente. Alguien decía que el árbol con fruto es al que le tiran piedra. Y yo sigo adelante porque eso está por debajo de mis capacidades. Mira el ridículo en que quedó la justicia. Respeto mucho a la justicia colombiana. Me hicieron gastar 15 y 20 mil millones de pesos; con ese dinero hubiera construido un barrio para los pobres.
¿Cómo es el Diomedes Díaz que no está en los escenarios?
Yo quiero que conozcan al Diomedes Díaz que tú ves aquí, el de hueso y sangre. Yo no hice la primaria. Tanto el dinero como el estudio me han atrasado. La plata me aburrió y el estudio me atrasó. Cuando yo comencé a estudiar la historia sagrada, algo que respeto mucho. Desde aquí un abrazo a la curia y a Dios que es mi ídolo. Diomedes no termina la frase. Y retoma el diálogo con lo siguiente: ‘Lo que pasa es que todo el mundo quiere ser doctor y todo el mundo no sirve para doctor. Por lo tanto yo sé hacer de todo. Yo te sé ordeñar una vaca, sé sembrar un palo de yuca y te lo sé sacar, también sé hacer una empanada y te la sé vender. Y si me explicas bien te sirvo para gerente’.
El Diomedes que está en Europa se ve más rejuvenecido y con menos peso…
Uno come lo debido, pero para mí es el mismo ajetreo del trabajo. A veces nos pasamos de kilito y a veces lo bajamos. Tenemos la fortuna que para adelgazar también somos fáciles. Acumulamos grasa y la eliminamos inmediatamente. Abre los brazos y recalca que esa es su talla.
¿Qué significa Diomedes Díaz para la música vallenata?
Mucho. El legado que le dejo a mi público es muy importantísimo. Diomedes Díaz para la música vallenata, que yo considero muy particularmente, es una de las glorias del folclor.
¿Crees que la prensa en Colombia te ha tratado bien o han abusado de la grandeza de Diomedes Díaz?
Más bien de mi sencillez, de mi humildad. Pues no digamos que me tengan rabia. Yo no me meto con nadie y nadie se mete conmigo, sino que tú sabes que en todas partes hay el negocio, existe la competencia, pero hay muchas personas que no respetan, porque sinceramente yo soy un hombre que tiene más de treinta años de estar en esto, a diario bregando para conseguir lo mejor del folclor para que un muchacho de 19 años, empírico (lo repite una y otra vez) quiera destruir mis cincuenta años de trabajo.
No puede ser, más sin embargo yo quiero y respeto la prensa colombiana y los quiero a todos porque en verdad tú sabes que la prensa colombiana es fina, fina.
El Presidente de Colombia te invitó al Palacio de Nariño para homenajearte por el Grammy Latino que obtuviste. ¿Cuándo será?
Todavía no sé. Lo que te puedo decir es que la Academia de la Música, a quienes envío desde aquí un inmenso saludo, le entregarán el galardón al Presidente. Luego pasará al Congreso y me condecorarán con la Medalla de Boyacá y después se lo entregaré a los colombianos. Yo lo que quiero con este premio es llevarle un mensaje de amor y paz al pueblo, en vez del protocolo. Gracias de verdad a la Real Academia porque de verdad acertó y ahí les dejo mi legado.
En tu vida han pasado muchos episodios dolorosos, ¿cuál ha sido ese en el que tú hayas pensado de esta no me levanto? ¿Cuando te operaron del corazón o el drama del problema del Guillain-Barré?
Fue muy fuerte con lo del Guillain-Barré, porque fue algo inesperado. Yo estaba al día con mis vacunas, estaba al día con todo. Pero fue algo muy violento, sumamente violento. Fue cuando el doctor Altahona en Bogotá se hizo cargo de mí en la clínica Reina Sofía.
Caramba, yo le pedí a Dios y a la Virgen que me dieran fuerzas. La lengua me caía por acá (señala con su mano donde está situado el corazón). El cuerpo se me desplomó totalmente y yo me sentía ido. Yo en ese estado recibí un mensaje espiritual que me decía que iba a seguir viviendo (se le quiebra la voz).
Toma aire y dice que a los tres días de estar así movió uno de los dedos del pie, algo impensable para los médicos que lo atendían, entre los que había peruanos, mexicanos, argentinos…
“Afortunadamente pude conseguir doce vacunas que necesitaba y que tenían un costo de un millón de pesos (300 euros). Las localizamos en México, Argentina y Canadá. Y me salvé hermano. Porque el Guillain-Barré es como esos cablecitos del teléfono. El cuerpo humano está cubierto de esos cablecitos. Todas esas ramificaciones las posee el ser humano. Esos cables amarillo, azul y rojo se llaman mielina.
Esa enfermedad es tan bárbara que la mielina se lo va comiendo y queda el cable pelao. Donde hay un cable pealo y con corriente tú saltas y te patea. Para no alargarte el cuento fue el momento más duro, más fuerte y me dieron ocho días de vida. Pero yo no le puse mucha importancia porque el médico me había dicho que en seis meses me podía recuperar. En ningún momento pensé en morirme. Y tal vez no tuve tiempo porque tuve mucho dolor, mucho dolor.
Hombre y a los tres meses estaba haciendo ejercicio y a los siete caminando, gracias a Dios. Yo le digo a las personas que hayan sufrido o sufren una enfermedad que tengan fe hermano, que tengan fe. A veces nos morimos por imprudente hermano. Tú no te imaginas la falta que hace una pestaña, que hace una uña.
A veces creemos que el mundo es de uno y los demás viven alquilaos y así no es. El hombre no vale por el terreno que pisa ( se refiere a las nuevas generaciones), sino por el horizonte que descubren sus ojos.
¿Cómo estás de salud ahora?
Me siento muy bien, gracias a Dios. Infarto no tuve. Me operé antes como prevención. No tengo ninguna secuela, incluso estoy más simpático, más moso, me dicen las muchachas. Mi señora me dice que estoy muy bueno. De todas maneras me cuido. Tengo mi finca ganadera, soy arrocero, campesino en general. Hace tres meses me hice el último chequeo y, según el último diagnóstico, por ahora la muerte tendrá que esperar.
¿Qué piensas de la muerte?
Si supiera, estoy completamente seguro, que si muerto voy a producir más que vivo, me muero. Pero no se sabe. De todas maneras, todos mis respetos a la gente del cielo y a la gente de la tierra. En caso tal, ya hablando filosóficamente, los muertos nos llevan un campito no más, una distancia. Lo que sí tengo claro es que me gustaría levantarme y ver mi entierro. La muerte es mi amiga.
¿Cuál ha sido el momento más doloroso en tu vida?
He tenido muchos momentos malos. Afortunadamente mi señora, Consuelo Martínez, me ha dado mucha vida, mucha alma, pero estos últimos quince años fueron de problemas, tú sabes que a nadie le faltan; problemas tanto económicos, políticos, morales; gracias a Dios lo importante es creer y levantarse. Y yo he tenido esa oportunidad, gracias a Consuelo, a mi compadre y mánager José Zequeda, a mi mamá, incluso mi papá antes de morir, a todos los médicos.
He tenido muchos momentos feos. Acabo de cumplir 50 años, pero hoy comienzo a vivir mi segunda juventud, y me siento feliz. Acabo de tener una niña con Consuelo que tiene nueve meses.
Por donde paso las peladas me dicen que estoy muy buen moso, y mi mujer me dice que eso es verdad, que no me ponga bravo. La felicidad no es completa. Por eso yo le aconsejo a mis seguidores que cuando logren conseguir un instante de felicidad, aprovéchela, acaríciela, ¿por qué?, porque no hay felicidad completa, en un momentico se le va. Procuremos vivir la vida, creamos en un ser supremo, que sí existe, debe ser Dios, mi Virgen del Carmen, que es lo mío, mi santa sagrada, mi devoción.