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VolverLucy Vidal el Angel que el Vallenato Necesitaba
Fuente: Dr ELIECER JIMENEZ CARPIO | Fecha: 2008-02-25 | Visitas: 4559
“Bienaventurados los que cantan por que ellos son Ángeles desprendidos de coros celestiales”
Escondida en aquel rincón de la casa, asustada por los ruidos que la madera atrapa y suelta cuando le da la gana, ruidos que su mente infantil convertía en el caminar pausado de espantos, venían a la memoria de Lucy aquellos cuentos que le escuchaba a su abuelo Carlos Vidal Bruges a quien admiró y amó desde niña hasta siempre aun después que este partió hacia el infinito y su alma se convirtió en recuerdos…
Su vena musical viene de ancestros que dominaron la ejecución de la guitarra, el tiple y el exótico serrucho que se toca con el arco de violín; Por su sangre corren genes de paseos, merengues, sones, puyas, pasillos, boleros y bambucos.
Como suele suceder con los músicos y poetas era una niña tímida, soñadora, cantaba sin cesar y sus ojos, de un color oliva envidiado por la gema más pura y cristalina, brillaban al escuchar las notas de un acordeón vallenato.
La infancia y adolescencia de Lucy Vidal trascurrió entre cañahuates, aroma a tierra mojada y por supuesto amores platónicos. Con el firme deseo de ser profesional en derecho se alejo un poco de sus raíces musicales mientras estudiaba en Santa fe de Bogota, pero sus sueños crecían, añoraba una parranda al lado de sus ídolos Diomedez Díaz y Alfonso Zuleta como cantantes, Emiliano Zuleta como acordeonero, y Gustavo Gutiérrez Cabello como compositor.
Fue un 9 de diciembre del 2006 cuando salió a la luz el germen musical que lleva dentro después de encender cuatro velas en la madrugada en la tradicional celebración de la velitas cuando escuchó aquella canción “Retorno a Chimichagua” interpretada en la majestuosa guitarra del productor, compositor y arreglista Leonardo Salcedo.
Fue como si lo hubieran tenido planeado pues ese mismo día decidieron hacer una producción que trascendiera, y sin pensarlo mucho bautizaron al “pelao” con el nombre de “corazón vallenato” ese que tanto él como ella y todos aquellos provincianos tenemos tatuado en nuestra alma.
La producción de Lucy estuvo rica y prolija en acordeoneros de la talla de Almes Granados, Emiliano Zuleta, Chema Ramos y la concertina de Gustavo Gutiérrez y por supuesto compositores del mismo tenor como Leandro Díaz, Emiro Zuleta, Armando León Quintero, Ildefonso Ramírez, Nicolás Maestre, Octavio Daza, Gustavo Gutiérrez. De la amalgama de estos talentos resultó una producción que fue un festín para todos los que amamos el vallenato “yuca” (ese que no aburre).
Esta Abogada de profesión especializada en derecho penal, criminología y en derecho probatorio, Fiscal hace 11 años y profesora en la Universidad Popular del Cesar, con su canto trasmite amor, alegría, ternura y bellos sentimientos. Sin ambages dice que el amor de su vida es su hijo Carlos Mauricio.
Lucy Vidal: sensible enamorada apasionada recia y recta, poseedora de una voz angelical, ahora nos promete regresar con una producción nueva en la que vendrán temas de compositores de gran renombre y trascendencia. Esperaremos con ansias.
… la niña sudaba copiosamente y su corazón acelerado se podía escuchar a leguas de distancia anhelando apagar aquellos fantasmagóricos ruidos rezaba todas las oraciones que había aprendido en el colegio de la hermanas terciarias capuchinas, pero aquel temor no cesaba, luego recordó que su madre le había sugerido que si algún día estaba en peligro llamara aquel ángel guardián alto, poderoso y hermoso que la cuidaba todas las noches mientras dormía así lo hizo la pequeña Lucy y por arte divino el miedo desapareció y los ruidos cesaron.
“Afortunados los que practican un arte y aparte poseen belleza ya que les será mas fácil conquistar nuestros corazones.”
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Lucy Vidal el Angel que el Vallenato Necesitaba
Fuente: Dr ELIECER JIMENEZ CARPIO | Fecha: 2008-02-25 | Visitas: 4559
“Bienaventurados los que cantan por que ellos son Ángeles desprendidos de coros celestiales”
Escondida en aquel rincón de la casa, asustada por los ruidos que la madera atrapa y suelta cuando le da la gana, ruidos que su mente infantil convertía en el caminar pausado de espantos, venían a la memoria de Lucy aquellos cuentos que le escuchaba a su abuelo Carlos Vidal Bruges a quien admiró y amó desde niña hasta siempre aun después que este partió hacia el infinito y su alma se convirtió en recuerdos…
Su vena musical viene de ancestros que dominaron la ejecución de la guitarra, el tiple y el exótico serrucho que se toca con el arco de violín; Por su sangre corren genes de paseos, merengues, sones, puyas, pasillos, boleros y bambucos.
Como suele suceder con los músicos y poetas era una niña tímida, soñadora, cantaba sin cesar y sus ojos, de un color oliva envidiado por la gema más pura y cristalina, brillaban al escuchar las notas de un acordeón vallenato.
La infancia y adolescencia de Lucy Vidal trascurrió entre cañahuates, aroma a tierra mojada y por supuesto amores platónicos. Con el firme deseo de ser profesional en derecho se alejo un poco de sus raíces musicales mientras estudiaba en Santa fe de Bogota, pero sus sueños crecían, añoraba una parranda al lado de sus ídolos Diomedez Díaz y Alfonso Zuleta como cantantes, Emiliano Zuleta como acordeonero, y Gustavo Gutiérrez Cabello como compositor.
Fue un 9 de diciembre del 2006 cuando salió a la luz el germen musical que lleva dentro después de encender cuatro velas en la madrugada en la tradicional celebración de la velitas cuando escuchó aquella canción “Retorno a Chimichagua” interpretada en la majestuosa guitarra del productor, compositor y arreglista Leonardo Salcedo.
Fue como si lo hubieran tenido planeado pues ese mismo día decidieron hacer una producción que trascendiera, y sin pensarlo mucho bautizaron al “pelao” con el nombre de “corazón vallenato” ese que tanto él como ella y todos aquellos provincianos tenemos tatuado en nuestra alma.
La producción de Lucy estuvo rica y prolija en acordeoneros de la talla de Almes Granados, Emiliano Zuleta, Chema Ramos y la concertina de Gustavo Gutiérrez y por supuesto compositores del mismo tenor como Leandro Díaz, Emiro Zuleta, Armando León Quintero, Ildefonso Ramírez, Nicolás Maestre, Octavio Daza, Gustavo Gutiérrez. De la amalgama de estos talentos resultó una producción que fue un festín para todos los que amamos el vallenato “yuca” (ese que no aburre).
Esta Abogada de profesión especializada en derecho penal, criminología y en derecho probatorio, Fiscal hace 11 años y profesora en la Universidad Popular del Cesar, con su canto trasmite amor, alegría, ternura y bellos sentimientos. Sin ambages dice que el amor de su vida es su hijo Carlos Mauricio.
Lucy Vidal: sensible enamorada apasionada recia y recta, poseedora de una voz angelical, ahora nos promete regresar con una producción nueva en la que vendrán temas de compositores de gran renombre y trascendencia. Esperaremos con ansias.
… la niña sudaba copiosamente y su corazón acelerado se podía escuchar a leguas de distancia anhelando apagar aquellos fantasmagóricos ruidos rezaba todas las oraciones que había aprendido en el colegio de la hermanas terciarias capuchinas, pero aquel temor no cesaba, luego recordó que su madre le había sugerido que si algún día estaba en peligro llamara aquel ángel guardián alto, poderoso y hermoso que la cuidaba todas las noches mientras dormía así lo hizo la pequeña Lucy y por arte divino el miedo desapareció y los ruidos cesaron.
“Afortunados los que practican un arte y aparte poseen belleza ya que les será mas fácil conquistar nuestros corazones.”
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Lucy Vidal el Angel que el Vallenato Necesitaba
Fuente: Dr ELIECER JIMENEZ CARPIO | Fecha: 2008-02-25 | Visitas: 4559
“Bienaventurados los que cantan por que ellos son Ángeles desprendidos de coros celestiales”
Escondida en aquel rincón de la casa, asustada por los ruidos que la madera atrapa y suelta cuando le da la gana, ruidos que su mente infantil convertía en el caminar pausado de espantos, venían a la memoria de Lucy aquellos cuentos que le escuchaba a su abuelo Carlos Vidal Bruges a quien admiró y amó desde niña hasta siempre aun después que este partió hacia el infinito y su alma se convirtió en recuerdos…
Su vena musical viene de ancestros que dominaron la ejecución de la guitarra, el tiple y el exótico serrucho que se toca con el arco de violín; Por su sangre corren genes de paseos, merengues, sones, puyas, pasillos, boleros y bambucos.
Como suele suceder con los músicos y poetas era una niña tímida, soñadora, cantaba sin cesar y sus ojos, de un color oliva envidiado por la gema más pura y cristalina, brillaban al escuchar las notas de un acordeón vallenato.
La infancia y adolescencia de Lucy Vidal trascurrió entre cañahuates, aroma a tierra mojada y por supuesto amores platónicos. Con el firme deseo de ser profesional en derecho se alejo un poco de sus raíces musicales mientras estudiaba en Santa fe de Bogota, pero sus sueños crecían, añoraba una parranda al lado de sus ídolos Diomedez Díaz y Alfonso Zuleta como cantantes, Emiliano Zuleta como acordeonero, y Gustavo Gutiérrez Cabello como compositor.
Fue un 9 de diciembre del 2006 cuando salió a la luz el germen musical que lleva dentro después de encender cuatro velas en la madrugada en la tradicional celebración de la velitas cuando escuchó aquella canción “Retorno a Chimichagua” interpretada en la majestuosa guitarra del productor, compositor y arreglista Leonardo Salcedo.
Fue como si lo hubieran tenido planeado pues ese mismo día decidieron hacer una producción que trascendiera, y sin pensarlo mucho bautizaron al “pelao” con el nombre de “corazón vallenato” ese que tanto él como ella y todos aquellos provincianos tenemos tatuado en nuestra alma.
La producción de Lucy estuvo rica y prolija en acordeoneros de la talla de Almes Granados, Emiliano Zuleta, Chema Ramos y la concertina de Gustavo Gutiérrez y por supuesto compositores del mismo tenor como Leandro Díaz, Emiro Zuleta, Armando León Quintero, Ildefonso Ramírez, Nicolás Maestre, Octavio Daza, Gustavo Gutiérrez. De la amalgama de estos talentos resultó una producción que fue un festín para todos los que amamos el vallenato “yuca” (ese que no aburre).
Esta Abogada de profesión especializada en derecho penal, criminología y en derecho probatorio, Fiscal hace 11 años y profesora en la Universidad Popular del Cesar, con su canto trasmite amor, alegría, ternura y bellos sentimientos. Sin ambages dice que el amor de su vida es su hijo Carlos Mauricio.
Lucy Vidal: sensible enamorada apasionada recia y recta, poseedora de una voz angelical, ahora nos promete regresar con una producción nueva en la que vendrán temas de compositores de gran renombre y trascendencia. Esperaremos con ansias.
… la niña sudaba copiosamente y su corazón acelerado se podía escuchar a leguas de distancia anhelando apagar aquellos fantasmagóricos ruidos rezaba todas las oraciones que había aprendido en el colegio de la hermanas terciarias capuchinas, pero aquel temor no cesaba, luego recordó que su madre le había sugerido que si algún día estaba en peligro llamara aquel ángel guardián alto, poderoso y hermoso que la cuidaba todas las noches mientras dormía así lo hizo la pequeña Lucy y por arte divino el miedo desapareció y los ruidos cesaron.
“Afortunados los que practican un arte y aparte poseen belleza ya que les será mas fácil conquistar nuestros corazones.”