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DURÁN, MOLINA Y OROZCO,TRES MITOS DEL VALLENATO

Fuente: Mónica Mercedes Castillo R | Fecha: 2004-09-17 | Visitas: 9638

La leyenda vallenata se remonta a los tiempos de Francisco El Hombre. Otros "héroes", más terrenales, la han enriquecido. He aquí una mirada sobre tres figuras del género.

Por Mónica Mercedes Castillo R. (Medellín)

Entre la Serranía del Perijá y la Sierra, deambula el "apa", pronunciado con la fuerza del vaquero que miraba fijamente a su ávido espectador. El recuerdo del Rey Alejo enruta hacia las Sabanas. En la vía a Patillal, Fredy Molina parece haber diluido en su Malenal (1) los recuerdos de "los tiempos de la cometa" que los entonces "Novios" perpetuaron. Y bajo el mismo cielo suelen escucharse sutiles entonaciones destinadas a la amada con el tono candente de un Rafael Orozco.

Hombres entre los hombres, que en la ejecución, ingenio o interpretación musical, se han erigido como ídolos, héroes, mitos e inmortales.

FRANCISCO EL HOMBRE
La mitología vallenata ha reposado básicamente sobre un tal Francisco, hombre que en franca lid derrotó al demonio a principios del siglo pasado. La leyenda reza que quien al parecer era pariente del mismo Escalona (2) divertía a las gentes de su tiempo con acordeón al pecho, motivo por el cual el Príncipe de las Tinieblas se había molestado. Francisco desafiado por el diablo se armó de coraje y asistió a la cita que lo perpetuaría como hombre valiente y temerario, que con su cómplice instrumento de viento y algunas tonadas místicas, sería reconocido por la historia como el más ingenioso de los acordeoneros, modelo de una versatilidad que divinizó aquellos instantes.

Pero los mismos caminos polvorientos han sido recorridos por héroes de carne y hueso que como acordeoneros, compositores o cantores proporcionan identidad, arraigo y razón de ser a la cultura vallenata. Seres que han hecho historia con unas características particulares en su arte.

RAZÓN DE LOS MITOS
Los mitos son una forma de dar sentido a la existencia, patrones narrativos que dan significado a una realidad. Como afirmó Kierkegaard, son como las vigas de una casa: no se exponen al exterior, es la estructura que aguanta la edificación para que la gente habite en ella. Su origen es la colectividad y es su memoria la que los moldea como barro para convertirlos en guía o modelo de situaciones similares.

En otras palabras, un mito es un conjunto de conductas y situaciones imaginarias que pueden tener como protagonistas a personajes sobrehumanos, héroes o dioses. Una comunidad se diferencia de otra por los mitos que comparte.

¿QUIÉNES SON LOS HÉROES? Como producto de un consenso en comunidad, el héroe asume en sí mismo las aspiraciones, ideales y creencias. Refleja su sentido de identidad y autoestima. Los Héroes impulsan a su sociedad a tener o aspirar el mismo valor que él; más aún, el heroísmo no reside en el cuerpo sino en las cualidades espirituales que el colectivo le confiere, llegando a experimentar la total identificación con el personaje. Los héroes se convierten en mitos en acción.

Hombres entre los hombres, que en la ejecución, ingenio o interpretación musical, se han erigido como ídolos, héroes, mitos e inmortales.


"ALEJO" DURÁN
Alejandro Durán Díaz ha sido considerado como el más grande símbolo nacional de la cultura popular. Un majestuoso producto de la confluencia histórico-cultural, según Tomás Darío Gutiérrez en su obra Cultura vallenata: origen, teoría y pruebas (3). Vaquero de las haciendas El paso, su tierra, Alejandro Durán fue líder campesino y expresión auténtica de la tradición. Transformó los más antiguos cantares de tamboras en paseos: "La candela viva", "La perra", "Bonita es la vida mía", "Mi compadre se cayó", "El pañuelito", entre otras.

El primer Rey vallenato (1968) fue descendiente de un padre acordeonero, Nafer Durán y una madre cantadora de tamboras, estirpe que le permitía no sólo ser reconocido entre propios y extraños sino que le exigió mantener sus cánones regionales y el respeto por sus tradiciones.

El profeta del acordeón, como llegó a identificársele, fue pilar de valores como la honradez, reflejada en la manifestación pública de autorías como la de "Sierva María", "Los campanales", "La mujer y la primavera", entre otras. Es sabido que por el carácter campesino y analfabeto de sus compositores, el Rey Alejo cedía su nombre ante el comercio latente de la música en aquella época.

Durán confesó a la música vallenata su amor y por ello su sacro respeto lo enalteció como veta de tradicional vallenato. Hombre ejemplo para presentes y futuras generaciones, juglar de juglares, soberano íntegro y Rey de Reyes coronado por las Sabanas.


FREDY MOLINA
Nacido en cuna de destacados compositores, Patillal, Fredy Molina muere en la plenitud de su vida, circunstancia que le aceleró su inmortalidad. Según manifiesta Consuleo Araujonoguera en su obra (4): "Es difícil predecir hasta dónde habría llegado este muchacho jovial, sencillo y profundamente sensitivo que a los 28 años apenas, ya había sido capaz de crear con la sola arcilla de sus recuerdos infantiles, en la apacible vida de Provincia, tanta poesía".

Su vallenato lírico se catalizó con la interpretación de Alfredo Gutiérrez y Jorge Oñate, ambos grandes en un comercio que acariciaba sutilmente un público nacional. Molina resplandece en el firmamento del Valle de Upar con composiciones como "Los novios", "Adiós noviazgo" y el definitivo "Los tiempos de la cometa".

Su obra, en relación inversamente proporcional a su edad, lo declara como un genio del vallenato.

Sobre el mito, Friedrich Nietzsche estimó que entre los seres humanos la ocasional iluminación de algunos puede justificar nuestra existencia..." y si no sois una gran excepción ¿por qué no ser al menos una pequeña? Así alimentaríais en la tierra ese fuego sagrado del que surge el genio. (5)


RAFAEL OROZCO
En Becerril del Campo, Cesar, nace para la historia de la música vallenata un muchacho escuálido que con los años puliría el espectáculo. En explicación a su vocación como intérprete vocal la leyenda del El Doroy (6) predeciría su futuro.

Se inició musicalmente al lado del acordeonero Emilio Oviedo, pero escaló la cima de la fama con Israel Romero, con quien conformó la agrupación El Binomio de Oro durante dieciséis años.

Su trágica desaparición le abre las puertas del "olimpo musical". Su voz se caracterizó por la melodía y afinación, su pronunciar cadencioso contrastó con los patrones folclóricos, pero fue su expresión corporal y el domini de las masas lo que le permitió destacarse nacionalmente.

Como el Binomio de Oro traspasó las fronteras de la provincia de Padilla e inmortalizó su obra con temas como "La creciente", "Momentos de amor", "De rodillas", "El higuerón", "La negra", entre otros. Manifestó con "sólo para ti", en la antesala de su muerte.

En la cultura vallenata habitan ídolos, héroes e inmortales, aún vivos, es por supuesto subjetiva la apropiación de estos seres, sólo es claro que ellos forjan sentido de comunidad, lealtad al terruño y garantía de futuro, porque únicamente conociendo el pasado puede apreciarse un presente escrito con caja, guacharaca y acordeón.

Notas: 1. Afluente de agua en la vía a Patillal.
2. ESCALONA MARTÍNEZ, Rafael. "La historia del vallenato según Escalona". En: El Colombiano, página 2D. Octubre 19 de 1997.
3. GUTIERREZ HINOJOSA, Tomás Darío. Cultura Vallenata: Origen, teoría y pruebas. Santafé de Bogotá: Plaza y Janés, 1992. 605p.
4. ARAUJO de MOLINA, Consuelo. Vallenatología. Orígenes y fundamento de la música vallenata. Bogotá: Tercer Mundo, 1978. 162p. 5. MAY, Rollo. La necesidad del mito. La influencia de los modelos culturales en el mundo contemporáneo. Barcelona: Paidós contextos, 1992. 297p.
6. "Culebra descomunal que suele bajar por los ríos del Valle de Upar con rumbo al mar. La mujer embarazada que oye el canto de un doroy parirá un muchacho cantador. Los ancianos de Becerril creen y afirman con mucha propiedad que la vieja Cristina Maestre, madre de Rafael Orozco, estando embarazada escuchó el canto de un doroy. "Los Orozco nunca han sido cantadores. Rafael canta bonito porque Cristina oyó un doroy", afirma el Mocho Mon sin bajarse de su burro". En GUTIÉRREZ HINOJOSA, Tomás Darío. Cultura Vallenata: Origen, teoría y pruebas. Santafé de Bogotá: Plaza y Janés, 1992. 605p.

BIBLIOGRAFÍA
1. ARAUJO de MOLINA, Consuelo. Vallenatología. Orígenes y fundamento de la música vallenata. Bogotá: Tercer Mundo, 1978. 162p. 2. ESCALONA MARTÍNEZ, Rafael. "La historia del vallenato según Escalona". En: EL COLOMBIANO, página 2D. Octubre 19 de 1997.
3. GUTIÉRREZ HINOJOSA, Tomás Darío. Cultura Vallenata: Origen, teoría y pruebas. Santafé de Bogotá: Plaza Janés, 1992. 665p.
4. MAY, Rollo. La necesidad del mito. La influencia de los modelos culturales en el mundo contemporáneo. Barcelona: Paidós contextos, 1992. 297p.
5. MORÍN, Edgar. Las Stars. Servidumbres y mitos. Madrid, Dopesa, 1972. 166p.

ASESORÍA TEMÁTICA
Marina Quintero Quintero. Psicopedagoga Universidad de Antioquia.

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DURÁN, MOLINA Y OROZCO,TRES MITOS DEL VALLENATO

Fuente: Mónica Mercedes Castillo R | Fecha: 2004-09-17 | Visitas: 9638

DURÁN, MOLINA Y OROZCO,TRES MITOS DEL VALLENATO

La leyenda vallenata se remonta a los tiempos de Francisco El Hombre. Otros "héroes", más terrenales, la han enriquecido. He aquí una mirada sobre tres figuras del género.

Por Mónica Mercedes Castillo R. (Medellín)

Entre la Serranía del Perijá y la Sierra, deambula el "apa", pronunciado con la fuerza del vaquero que miraba fijamente a su ávido espectador. El recuerdo del Rey Alejo enruta hacia las Sabanas. En la vía a Patillal, Fredy Molina parece haber diluido en su Malenal (1) los recuerdos de "los tiempos de la cometa" que los entonces "Novios" perpetuaron. Y bajo el mismo cielo suelen escucharse sutiles entonaciones destinadas a la amada con el tono candente de un Rafael Orozco.

Hombres entre los hombres, que en la ejecución, ingenio o interpretación musical, se han erigido como ídolos, héroes, mitos e inmortales.

FRANCISCO EL HOMBRE
La mitología vallenata ha reposado básicamente sobre un tal Francisco, hombre que en franca lid derrotó al demonio a principios del siglo pasado. La leyenda reza que quien al parecer era pariente del mismo Escalona (2) divertía a las gentes de su tiempo con acordeón al pecho, motivo por el cual el Príncipe de las Tinieblas se había molestado. Francisco desafiado por el diablo se armó de coraje y asistió a la cita que lo perpetuaría como hombre valiente y temerario, que con su cómplice instrumento de viento y algunas tonadas místicas, sería reconocido por la historia como el más ingenioso de los acordeoneros, modelo de una versatilidad que divinizó aquellos instantes.

Pero los mismos caminos polvorientos han sido recorridos por héroes de carne y hueso que como acordeoneros, compositores o cantores proporcionan identidad, arraigo y razón de ser a la cultura vallenata. Seres que han hecho historia con unas características particulares en su arte.

RAZÓN DE LOS MITOS
Los mitos son una forma de dar sentido a la existencia, patrones narrativos que dan significado a una realidad. Como afirmó Kierkegaard, son como las vigas de una casa: no se exponen al exterior, es la estructura que aguanta la edificación para que la gente habite en ella. Su origen es la colectividad y es su memoria la que los moldea como barro para convertirlos en guía o modelo de situaciones similares.

En otras palabras, un mito es un conjunto de conductas y situaciones imaginarias que pueden tener como protagonistas a personajes sobrehumanos, héroes o dioses. Una comunidad se diferencia de otra por los mitos que comparte.

¿QUIÉNES SON LOS HÉROES? Como producto de un consenso en comunidad, el héroe asume en sí mismo las aspiraciones, ideales y creencias. Refleja su sentido de identidad y autoestima. Los Héroes impulsan a su sociedad a tener o aspirar el mismo valor que él; más aún, el heroísmo no reside en el cuerpo sino en las cualidades espirituales que el colectivo le confiere, llegando a experimentar la total identificación con el personaje. Los héroes se convierten en mitos en acción.

Hombres entre los hombres, que en la ejecución, ingenio o interpretación musical, se han erigido como ídolos, héroes, mitos e inmortales.


"ALEJO" DURÁN
Alejandro Durán Díaz ha sido considerado como el más grande símbolo nacional de la cultura popular. Un majestuoso producto de la confluencia histórico-cultural, según Tomás Darío Gutiérrez en su obra Cultura vallenata: origen, teoría y pruebas (3). Vaquero de las haciendas El paso, su tierra, Alejandro Durán fue líder campesino y expresión auténtica de la tradición. Transformó los más antiguos cantares de tamboras en paseos: "La candela viva", "La perra", "Bonita es la vida mía", "Mi compadre se cayó", "El pañuelito", entre otras.

El primer Rey vallenato (1968) fue descendiente de un padre acordeonero, Nafer Durán y una madre cantadora de tamboras, estirpe que le permitía no sólo ser reconocido entre propios y extraños sino que le exigió mantener sus cánones regionales y el respeto por sus tradiciones.

El profeta del acordeón, como llegó a identificársele, fue pilar de valores como la honradez, reflejada en la manifestación pública de autorías como la de "Sierva María", "Los campanales", "La mujer y la primavera", entre otras. Es sabido que por el carácter campesino y analfabeto de sus compositores, el Rey Alejo cedía su nombre ante el comercio latente de la música en aquella época.

Durán confesó a la música vallenata su amor y por ello su sacro respeto lo enalteció como veta de tradicional vallenato. Hombre ejemplo para presentes y futuras generaciones, juglar de juglares, soberano íntegro y Rey de Reyes coronado por las Sabanas.


FREDY MOLINA
Nacido en cuna de destacados compositores, Patillal, Fredy Molina muere en la plenitud de su vida, circunstancia que le aceleró su inmortalidad. Según manifiesta Consuleo Araujonoguera en su obra (4): "Es difícil predecir hasta dónde habría llegado este muchacho jovial, sencillo y profundamente sensitivo que a los 28 años apenas, ya había sido capaz de crear con la sola arcilla de sus recuerdos infantiles, en la apacible vida de Provincia, tanta poesía".

Su vallenato lírico se catalizó con la interpretación de Alfredo Gutiérrez y Jorge Oñate, ambos grandes en un comercio que acariciaba sutilmente un público nacional. Molina resplandece en el firmamento del Valle de Upar con composiciones como "Los novios", "Adiós noviazgo" y el definitivo "Los tiempos de la cometa".

Su obra, en relación inversamente proporcional a su edad, lo declara como un genio del vallenato.

Sobre el mito, Friedrich Nietzsche estimó que entre los seres humanos la ocasional iluminación de algunos puede justificar nuestra existencia..." y si no sois una gran excepción ¿por qué no ser al menos una pequeña? Así alimentaríais en la tierra ese fuego sagrado del que surge el genio. (5)


RAFAEL OROZCO
En Becerril del Campo, Cesar, nace para la historia de la música vallenata un muchacho escuálido que con los años puliría el espectáculo. En explicación a su vocación como intérprete vocal la leyenda del El Doroy (6) predeciría su futuro.

Se inició musicalmente al lado del acordeonero Emilio Oviedo, pero escaló la cima de la fama con Israel Romero, con quien conformó la agrupación El Binomio de Oro durante dieciséis años.

Su trágica desaparición le abre las puertas del "olimpo musical". Su voz se caracterizó por la melodía y afinación, su pronunciar cadencioso contrastó con los patrones folclóricos, pero fue su expresión corporal y el domini de las masas lo que le permitió destacarse nacionalmente.

Como el Binomio de Oro traspasó las fronteras de la provincia de Padilla e inmortalizó su obra con temas como "La creciente", "Momentos de amor", "De rodillas", "El higuerón", "La negra", entre otros. Manifestó con "sólo para ti", en la antesala de su muerte.

En la cultura vallenata habitan ídolos, héroes e inmortales, aún vivos, es por supuesto subjetiva la apropiación de estos seres, sólo es claro que ellos forjan sentido de comunidad, lealtad al terruño y garantía de futuro, porque únicamente conociendo el pasado puede apreciarse un presente escrito con caja, guacharaca y acordeón.

Notas: 1. Afluente de agua en la vía a Patillal.
2. ESCALONA MARTÍNEZ, Rafael. "La historia del vallenato según Escalona". En: El Colombiano, página 2D. Octubre 19 de 1997.
3. GUTIERREZ HINOJOSA, Tomás Darío. Cultura Vallenata: Origen, teoría y pruebas. Santafé de Bogotá: Plaza y Janés, 1992. 605p.
4. ARAUJO de MOLINA, Consuelo. Vallenatología. Orígenes y fundamento de la música vallenata. Bogotá: Tercer Mundo, 1978. 162p. 5. MAY, Rollo. La necesidad del mito. La influencia de los modelos culturales en el mundo contemporáneo. Barcelona: Paidós contextos, 1992. 297p.
6. "Culebra descomunal que suele bajar por los ríos del Valle de Upar con rumbo al mar. La mujer embarazada que oye el canto de un doroy parirá un muchacho cantador. Los ancianos de Becerril creen y afirman con mucha propiedad que la vieja Cristina Maestre, madre de Rafael Orozco, estando embarazada escuchó el canto de un doroy. "Los Orozco nunca han sido cantadores. Rafael canta bonito porque Cristina oyó un doroy", afirma el Mocho Mon sin bajarse de su burro". En GUTIÉRREZ HINOJOSA, Tomás Darío. Cultura Vallenata: Origen, teoría y pruebas. Santafé de Bogotá: Plaza y Janés, 1992. 605p.

BIBLIOGRAFÍA
1. ARAUJO de MOLINA, Consuelo. Vallenatología. Orígenes y fundamento de la música vallenata. Bogotá: Tercer Mundo, 1978. 162p. 2. ESCALONA MARTÍNEZ, Rafael. "La historia del vallenato según Escalona". En: EL COLOMBIANO, página 2D. Octubre 19 de 1997.
3. GUTIÉRREZ HINOJOSA, Tomás Darío. Cultura Vallenata: Origen, teoría y pruebas. Santafé de Bogotá: Plaza Janés, 1992. 665p.
4. MAY, Rollo. La necesidad del mito. La influencia de los modelos culturales en el mundo contemporáneo. Barcelona: Paidós contextos, 1992. 297p.
5. MORÍN, Edgar. Las Stars. Servidumbres y mitos. Madrid, Dopesa, 1972. 166p.

ASESORÍA TEMÁTICA
Marina Quintero Quintero. Psicopedagoga Universidad de Antioquia.

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DURÁN, MOLINA Y OROZCO,TRES MITOS DEL VALLENATO

Fuente: Mónica Mercedes Castillo R | Fecha: 2004-09-17 | Visitas: 9638

DURÁN, MOLINA Y OROZCO,TRES MITOS DEL VALLENATO

La leyenda vallenata se remonta a los tiempos de Francisco El Hombre. Otros "héroes", más terrenales, la han enriquecido. He aquí una mirada sobre tres figuras del género.

Por Mónica Mercedes Castillo R. (Medellín)

Entre la Serranía del Perijá y la Sierra, deambula el "apa", pronunciado con la fuerza del vaquero que miraba fijamente a su ávido espectador. El recuerdo del Rey Alejo enruta hacia las Sabanas. En la vía a Patillal, Fredy Molina parece haber diluido en su Malenal (1) los recuerdos de "los tiempos de la cometa" que los entonces "Novios" perpetuaron. Y bajo el mismo cielo suelen escucharse sutiles entonaciones destinadas a la amada con el tono candente de un Rafael Orozco.

Hombres entre los hombres, que en la ejecución, ingenio o interpretación musical, se han erigido como ídolos, héroes, mitos e inmortales.

FRANCISCO EL HOMBRE
La mitología vallenata ha reposado básicamente sobre un tal Francisco, hombre que en franca lid derrotó al demonio a principios del siglo pasado. La leyenda reza que quien al parecer era pariente del mismo Escalona (2) divertía a las gentes de su tiempo con acordeón al pecho, motivo por el cual el Príncipe de las Tinieblas se había molestado. Francisco desafiado por el diablo se armó de coraje y asistió a la cita que lo perpetuaría como hombre valiente y temerario, que con su cómplice instrumento de viento y algunas tonadas místicas, sería reconocido por la historia como el más ingenioso de los acordeoneros, modelo de una versatilidad que divinizó aquellos instantes.

Pero los mismos caminos polvorientos han sido recorridos por héroes de carne y hueso que como acordeoneros, compositores o cantores proporcionan identidad, arraigo y razón de ser a la cultura vallenata. Seres que han hecho historia con unas características particulares en su arte.

RAZÓN DE LOS MITOS
Los mitos son una forma de dar sentido a la existencia, patrones narrativos que dan significado a una realidad. Como afirmó Kierkegaard, son como las vigas de una casa: no se exponen al exterior, es la estructura que aguanta la edificación para que la gente habite en ella. Su origen es la colectividad y es su memoria la que los moldea como barro para convertirlos en guía o modelo de situaciones similares.

En otras palabras, un mito es un conjunto de conductas y situaciones imaginarias que pueden tener como protagonistas a personajes sobrehumanos, héroes o dioses. Una comunidad se diferencia de otra por los mitos que comparte.

¿QUIÉNES SON LOS HÉROES? Como producto de un consenso en comunidad, el héroe asume en sí mismo las aspiraciones, ideales y creencias. Refleja su sentido de identidad y autoestima. Los Héroes impulsan a su sociedad a tener o aspirar el mismo valor que él; más aún, el heroísmo no reside en el cuerpo sino en las cualidades espirituales que el colectivo le confiere, llegando a experimentar la total identificación con el personaje. Los héroes se convierten en mitos en acción.

Hombres entre los hombres, que en la ejecución, ingenio o interpretación musical, se han erigido como ídolos, héroes, mitos e inmortales.


"ALEJO" DURÁN
Alejandro Durán Díaz ha sido considerado como el más grande símbolo nacional de la cultura popular. Un majestuoso producto de la confluencia histórico-cultural, según Tomás Darío Gutiérrez en su obra Cultura vallenata: origen, teoría y pruebas (3). Vaquero de las haciendas El paso, su tierra, Alejandro Durán fue líder campesino y expresión auténtica de la tradición. Transformó los más antiguos cantares de tamboras en paseos: "La candela viva", "La perra", "Bonita es la vida mía", "Mi compadre se cayó", "El pañuelito", entre otras.

El primer Rey vallenato (1968) fue descendiente de un padre acordeonero, Nafer Durán y una madre cantadora de tamboras, estirpe que le permitía no sólo ser reconocido entre propios y extraños sino que le exigió mantener sus cánones regionales y el respeto por sus tradiciones.

El profeta del acordeón, como llegó a identificársele, fue pilar de valores como la honradez, reflejada en la manifestación pública de autorías como la de "Sierva María", "Los campanales", "La mujer y la primavera", entre otras. Es sabido que por el carácter campesino y analfabeto de sus compositores, el Rey Alejo cedía su nombre ante el comercio latente de la música en aquella época.

Durán confesó a la música vallenata su amor y por ello su sacro respeto lo enalteció como veta de tradicional vallenato. Hombre ejemplo para presentes y futuras generaciones, juglar de juglares, soberano íntegro y Rey de Reyes coronado por las Sabanas.


FREDY MOLINA
Nacido en cuna de destacados compositores, Patillal, Fredy Molina muere en la plenitud de su vida, circunstancia que le aceleró su inmortalidad. Según manifiesta Consuleo Araujonoguera en su obra (4): "Es difícil predecir hasta dónde habría llegado este muchacho jovial, sencillo y profundamente sensitivo que a los 28 años apenas, ya había sido capaz de crear con la sola arcilla de sus recuerdos infantiles, en la apacible vida de Provincia, tanta poesía".

Su vallenato lírico se catalizó con la interpretación de Alfredo Gutiérrez y Jorge Oñate, ambos grandes en un comercio que acariciaba sutilmente un público nacional. Molina resplandece en el firmamento del Valle de Upar con composiciones como "Los novios", "Adiós noviazgo" y el definitivo "Los tiempos de la cometa".

Su obra, en relación inversamente proporcional a su edad, lo declara como un genio del vallenato.

Sobre el mito, Friedrich Nietzsche estimó que entre los seres humanos la ocasional iluminación de algunos puede justificar nuestra existencia..." y si no sois una gran excepción ¿por qué no ser al menos una pequeña? Así alimentaríais en la tierra ese fuego sagrado del que surge el genio. (5)


RAFAEL OROZCO
En Becerril del Campo, Cesar, nace para la historia de la música vallenata un muchacho escuálido que con los años puliría el espectáculo. En explicación a su vocación como intérprete vocal la leyenda del El Doroy (6) predeciría su futuro.

Se inició musicalmente al lado del acordeonero Emilio Oviedo, pero escaló la cima de la fama con Israel Romero, con quien conformó la agrupación El Binomio de Oro durante dieciséis años.

Su trágica desaparición le abre las puertas del "olimpo musical". Su voz se caracterizó por la melodía y afinación, su pronunciar cadencioso contrastó con los patrones folclóricos, pero fue su expresión corporal y el domini de las masas lo que le permitió destacarse nacionalmente.

Como el Binomio de Oro traspasó las fronteras de la provincia de Padilla e inmortalizó su obra con temas como "La creciente", "Momentos de amor", "De rodillas", "El higuerón", "La negra", entre otros. Manifestó con "sólo para ti", en la antesala de su muerte.

En la cultura vallenata habitan ídolos, héroes e inmortales, aún vivos, es por supuesto subjetiva la apropiación de estos seres, sólo es claro que ellos forjan sentido de comunidad, lealtad al terruño y garantía de futuro, porque únicamente conociendo el pasado puede apreciarse un presente escrito con caja, guacharaca y acordeón.

Notas: 1. Afluente de agua en la vía a Patillal.
2. ESCALONA MARTÍNEZ, Rafael. "La historia del vallenato según Escalona". En: El Colombiano, página 2D. Octubre 19 de 1997.
3. GUTIERREZ HINOJOSA, Tomás Darío. Cultura Vallenata: Origen, teoría y pruebas. Santafé de Bogotá: Plaza y Janés, 1992. 605p.
4. ARAUJO de MOLINA, Consuelo. Vallenatología. Orígenes y fundamento de la música vallenata. Bogotá: Tercer Mundo, 1978. 162p. 5. MAY, Rollo. La necesidad del mito. La influencia de los modelos culturales en el mundo contemporáneo. Barcelona: Paidós contextos, 1992. 297p.
6. "Culebra descomunal que suele bajar por los ríos del Valle de Upar con rumbo al mar. La mujer embarazada que oye el canto de un doroy parirá un muchacho cantador. Los ancianos de Becerril creen y afirman con mucha propiedad que la vieja Cristina Maestre, madre de Rafael Orozco, estando embarazada escuchó el canto de un doroy. "Los Orozco nunca han sido cantadores. Rafael canta bonito porque Cristina oyó un doroy", afirma el Mocho Mon sin bajarse de su burro". En GUTIÉRREZ HINOJOSA, Tomás Darío. Cultura Vallenata: Origen, teoría y pruebas. Santafé de Bogotá: Plaza y Janés, 1992. 605p.

BIBLIOGRAFÍA
1. ARAUJO de MOLINA, Consuelo. Vallenatología. Orígenes y fundamento de la música vallenata. Bogotá: Tercer Mundo, 1978. 162p. 2. ESCALONA MARTÍNEZ, Rafael. "La historia del vallenato según Escalona". En: EL COLOMBIANO, página 2D. Octubre 19 de 1997.
3. GUTIÉRREZ HINOJOSA, Tomás Darío. Cultura Vallenata: Origen, teoría y pruebas. Santafé de Bogotá: Plaza Janés, 1992. 665p.
4. MAY, Rollo. La necesidad del mito. La influencia de los modelos culturales en el mundo contemporáneo. Barcelona: Paidós contextos, 1992. 297p.
5. MORÍN, Edgar. Las Stars. Servidumbres y mitos. Madrid, Dopesa, 1972. 166p.

ASESORÍA TEMÁTICA
Marina Quintero Quintero. Psicopedagoga Universidad de Antioquia.

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