En una entrevista exclusiva con el periodista Víctor Sánchez, el reconocido acordeonero Rolando Ochoa se abrió sobre algunos obstáculos que ha enfrentado a lo largo de su carrera artística, y uno de los aspectos que destacó fue cómo su altura lo ha afectado en el mundo de la música vallenata.





Con una estatura impresionante de 1.93 metros, el músico, conocido como R8, reveló que su altura le ha impedido compartir escenario con algunas de las figuras más icónicas del vallenato, incluyendo al legendario Diomedes Díaz y al talentoso Fabián Corrales.

Estos artistas, al parecer, expresaron dudas sobre cómo se verían en el escenario junto a un músico de contextura tan imponente como la suya.

En varias ocasiones estuve en el telón para Diomedes, Fabián Corrales e incluso para el mismísimo Silvestre, pero siempre escuchaba la misma preocupación: Es muy grande, ¿cómo me voy a ver ahí?, confesó Ochoa entre risas durante la entrevista.

Esta revelación ha arrojado luz sobre las dificultades que los músicos enfrentan en la industria del vallenato, donde no solo la voz y el talento musical son importantes, sino también la apariencia física y la imagen en el escenario juegan un papel significativo en la elección de compañeros de fórmula.

A pesar de estas dificultades, Rolando Ochoa ha logrado consolidar su carrera como uno de los acordeoneros más destacados en el mundo de la música vallenata, trabajando con otros artistas de renombre y demostrando que su talento es lo que más importa en el escenario. Su sinceridad al hablar sobre estos desafíos ha generado una mayor apreciación por su trayectoria y un reconocimiento de la importancia de superar prejuicios basados en la apariencia física en la industria musical.

En una entrevista exclusiva con el periodista Víctor Sánchez, el reconocido acordeonero Rolando Ochoa se abrió sobre algunos obstáculos que ha enfrentado a lo largo de su carrera artística, y uno de los aspectos que destacó fue cómo su altura lo ha afectado en el mundo de la música vallenata.





Con una estatura impresionante de 1.93 metros, el músico, conocido como R8, reveló que su altura le ha impedido compartir escenario con algunas de las figuras más icónicas del vallenato, incluyendo al legendario Diomedes Díaz y al talentoso Fabián Corrales.

Estos artistas, al parecer, expresaron dudas sobre cómo se verían en el escenario junto a un músico de contextura tan imponente como la suya.

En varias ocasiones estuve en el telón para Diomedes, Fabián Corrales e incluso para el mismísimo Silvestre, pero siempre escuchaba la misma preocupación: Es muy grande, ¿cómo me voy a ver ahí?, confesó Ochoa entre risas durante la entrevista.

Esta revelación ha arrojado luz sobre las dificultades que los músicos enfrentan en la industria del vallenato, donde no solo la voz y el talento musical son importantes, sino también la apariencia física y la imagen en el escenario juegan un papel significativo en la elección de compañeros de fórmula.

A pesar de estas dificultades, Rolando Ochoa ha logrado consolidar su carrera como uno de los acordeoneros más destacados en el mundo de la música vallenata, trabajando con otros artistas de renombre y demostrando que su talento es lo que más importa en el escenario. Su sinceridad al hablar sobre estos desafíos ha generado una mayor apreciación por su trayectoria y un reconocimiento de la importancia de superar prejuicios basados en la apariencia física en la industria musical.

En una entrevista exclusiva con el periodista Víctor Sánchez, el reconocido acordeonero Rolando Ochoa se abrió sobre algunos obstáculos que ha enfrentado a lo largo de su carrera artística, y uno de los aspectos que destacó fue cómo su altura lo ha afectado en el mundo de la música vallenata.





Con una estatura impresionante de 1.93 metros, el músico, conocido como R8, reveló que su altura le ha impedido compartir escenario con algunas de las figuras más icónicas del vallenato, incluyendo al legendario Diomedes Díaz y al talentoso Fabián Corrales.

Estos artistas, al parecer, expresaron dudas sobre cómo se verían en el escenario junto a un músico de contextura tan imponente como la suya.

En varias ocasiones estuve en el telón para Diomedes, Fabián Corrales e incluso para el mismísimo Silvestre, pero siempre escuchaba la misma preocupación: Es muy grande, ¿cómo me voy a ver ahí?, confesó Ochoa entre risas durante la entrevista.

Esta revelación ha arrojado luz sobre las dificultades que los músicos enfrentan en la industria del vallenato, donde no solo la voz y el talento musical son importantes, sino también la apariencia física y la imagen en el escenario juegan un papel significativo en la elección de compañeros de fórmula.

A pesar de estas dificultades, Rolando Ochoa ha logrado consolidar su carrera como uno de los acordeoneros más destacados en el mundo de la música vallenata, trabajando con otros artistas de renombre y demostrando que su talento es lo que más importa en el escenario. Su sinceridad al hablar sobre estos desafíos ha generado una mayor apreciación por su trayectoria y un reconocimiento de la importancia de superar prejuicios basados en la apariencia física en la industria musical.