Por Vallenatos Inmortales

" Se oye una voz en la noche se oye una voz que la llama, ese soy yo y Poncho Cotes llamando a la vieja Sara.
Chimichagua y sus playas de amor le sirvieron de cuna. Hijo de don Lázaro Cotes y doña Sara Queruz, nace el 19 de noviembre de 1917.

Sus primeros pasos los dio en este pueblo, emporio cultural del viejo Magdalena, ahora departamento del Cesar, caracterizado por sus raices étnicas, tradicionales, leyendas y cantos; por el imponente patrimonio ambiental de su entorno, donde impresiona la Ciénaga de Zapatosa, la leyenda mítica del pozo del Higuerón y la histórica gesta de Guillermo Cubillos y Pedro Albundia, inmortalizados en el canto de "La Piragua", del maestro José Barros Palomino.

Hoy en dia, la fertilidad de su talento la siguen cultivando con franca devoción sus nietos Alfonso Enrique, un medico joven, musico y compositor de las nuevas generaciones que en su argumento folclórico busca perpetuar la ingeniosa musa de su abuelo.

Fue una despedida triste, de corazón partido, de dolor existencial; se despidió en silencio entre la bruma de un gris atardecer el simbolo de hombres talentosos que a fuerza de inteligencia escribieron un capitulo indeleble de nuestra historia.

Por Vallenatos Inmortales

" Se oye una voz en la noche se oye una voz que la llama, ese soy yo y Poncho Cotes llamando a la vieja Sara.
Chimichagua y sus playas de amor le sirvieron de cuna. Hijo de don Lázaro Cotes y doña Sara Queruz, nace el 19 de noviembre de 1917.

Sus primeros pasos los dio en este pueblo, emporio cultural del viejo Magdalena, ahora departamento del Cesar, caracterizado por sus raices étnicas, tradicionales, leyendas y cantos; por el imponente patrimonio ambiental de su entorno, donde impresiona la Ciénaga de Zapatosa, la leyenda mítica del pozo del Higuerón y la histórica gesta de Guillermo Cubillos y Pedro Albundia, inmortalizados en el canto de "La Piragua", del maestro José Barros Palomino.

Hoy en dia, la fertilidad de su talento la siguen cultivando con franca devoción sus nietos Alfonso Enrique, un medico joven, musico y compositor de las nuevas generaciones que en su argumento folclórico busca perpetuar la ingeniosa musa de su abuelo.

Fue una despedida triste, de corazón partido, de dolor existencial; se despidió en silencio entre la bruma de un gris atardecer el simbolo de hombres talentosos que a fuerza de inteligencia escribieron un capitulo indeleble de nuestra historia.

Por Vallenatos Inmortales

" Se oye una voz en la noche se oye una voz que la llama, ese soy yo y Poncho Cotes llamando a la vieja Sara.
Chimichagua y sus playas de amor le sirvieron de cuna. Hijo de don Lázaro Cotes y doña Sara Queruz, nace el 19 de noviembre de 1917.

Sus primeros pasos los dio en este pueblo, emporio cultural del viejo Magdalena, ahora departamento del Cesar, caracterizado por sus raices étnicas, tradicionales, leyendas y cantos; por el imponente patrimonio ambiental de su entorno, donde impresiona la Ciénaga de Zapatosa, la leyenda mítica del pozo del Higuerón y la histórica gesta de Guillermo Cubillos y Pedro Albundia, inmortalizados en el canto de "La Piragua", del maestro José Barros Palomino.

Hoy en dia, la fertilidad de su talento la siguen cultivando con franca devoción sus nietos Alfonso Enrique, un medico joven, musico y compositor de las nuevas generaciones que en su argumento folclórico busca perpetuar la ingeniosa musa de su abuelo.

Fue una despedida triste, de corazón partido, de dolor existencial; se despidió en silencio entre la bruma de un gris atardecer el simbolo de hombres talentosos que a fuerza de inteligencia escribieron un capitulo indeleble de nuestra historia.